miércoles, 11 de noviembre de 2015

CAPITULO 19





Al llegar al hotel, David le mostró su habitación. Había una cama doble en medio, con almohadones, todo en colores cálidos. Los muebles eran de madera oscura.


En frente de la cama había una tele, y una mesita con dos sillones rojos.


Era agradable y espaciosa.


David se sentó en la cama, un poco nervioso.


Paula, le sonrió y se le sentó arriba. Era bueno que el vestido tuviera un pequeño tajo en un costado, por lo que pudo ponerse cómoda sin romperlo.


Se empezaron a besar, cada vez más rápido y con más ganas.


Paula, se dió cuenta de que ahora no tenía miedo ni sentía inseguridades. Sin dudarlo se agarró el ruedo del vestido y se lo sacó de un tirón sobre su cabeza.


David, la miraba encantado y algo impresionado. Cuanto había cambiado su Pau.


Ella, le sacó el blazer, y mientras le daba besos en el cuello le sacaba la camisa.


El estaba agitado y quería tenerla ya.


Se paró para sacarse el pantalón, llevando a Paula colgada todavía, con sus piernas enredadas en su cadera.


La agarró de las caderas y la movió contra su cuerpo. Ella, disfrutando del contacto, cerró los ojos y llevó su cabeza hacia atrás.


Después, la llevó a la cama y se acostó encima. En un par de tirones se sacó su ropa interior y la de ella.


Pudo ver, como él sacaba de la billetera un preservativo, y se lo ponía. Sin poder evitarlo pensó en Pedro.


Cerró los ojos, y se imaginó que el que la tocaba, era él. El que estaba besándola entre gemidos, era él.


Entonces, llevada por esa fantasía, lo dió vuelta colocándose por encima, dejando que se hundiera hasta el fondo en ella.


Los dos soltaron el aire entre gruñidos.


Paula, colocó sus manos en los hombros de él, y casi completamente sentada, empezó a subir y a bajar.


Muy despacio.


Con los ojos cerrados, y la cabeza tirada hacia atrás. Ella imaginaba que quien la estaba llenando, era Pedro. El que le acariciaba los pechos, era él.


David, la tomó de las caderas para acelerar el ritmo.


Paula, que ahora pensaba que Pedro se estaba moviendo por debajo de ella, le clavó las uñas a David y empezó a moverse cada vez mas rápido.


No podía más, cada vez que bajaba lo sentía mas adentro.


Empezó a moverse para adelante y atrás, buscando encontrar su placer más rápido. Lo necesitaba ya.


Y en ese momento, se imaginó la cara de Pedro cuando estaba a punto de terminar. La tención en su rostro, los jadeos. Y no pudo más. Se dejó llevar por un orgasmo que la hizo caer sobre el pecho de David. Este tras un segundo la estaba siguiendo, y se dejaba ir también.


Se quedaron en esa posición por un rato, sin moverse.


—Me puedo acostumbrar a esta amistad, eh? — le dijo David bromeando


A lo que Paula se rió.


No estaba muy segura de lo que había pasado después, estaba todavía un poco borracha y se había empezado a quedar dormida.


Cuando abrió los ojos era la mañana. Se llevó las manos a la cabeza tapándose el sol que entraba por la ventana.


A su lado David dormía dándole la espalda.


Cerró los ojos. ¿Había sido un error? En el fondo no había hecho nada malo. Había tenido ganas, y lo había hecho. No tenía por que sentirse tan culpable. Y entonces, por que se sentía así? No podía evitar sentir que había usado a David. 


Todo el tiempo había estado pensando en Pedro.


No era justo con ella. Se sentía muy atraída por su ex. Le encantaba su cuerpo. Ahora mientras le daba la espalda, ella se detenía mirando todos sus músculos, y ese cabello rubio que le brillaba con el sol. Su mandíbula cuadrada, y sus rasgos masculinos.


Siempre le iba a gustar.


Pero con Pedro, era distinto. Si, de Pedro se estaba enamorando.


Cuando se enamoró de David, fue distinto. Era una niña. No había sido igual.


Fue en ese momento, que se dió cuenta de que ya no amaba a David. Si le tenía mucho cariño, y le atraía su cuerpo. Pero ya no sentía amor.


El se dió vuelta y entreabrió los ojos.


—Buenos días


—Buenos días — le dijo sonriendo ella.


El, le sacó el pelo de la cara con una caricia y le besó la frente.


—Me tengo que ir. Tengo una producción, Te acordás que te conté? — le dijo ella.


—Si. Me acuerdo. No te quedas a desayunar?


—Dale


Desayunaron juntos, entre risas y anécdotas, recordando épocas mas felices. Lo que había pasado entre ellos había ayudado para terminar de descongelar lo que los separaba, y ahora podían hablar y actuar con total libertad. Habían recuperado esa complicidad que siempre habían tenido. Lo que Paula mas extrañaba de esa relación, pero en un tono amistoso y más fácil.



****



Paula, llegó cerca del mediodía a su casa, para prepararse para una jornada de mucho trabajo, y lo que era aun más duro, para ver de nuevo a Pedro.


Los preparativos de la producción, les había llevado la mayor parte del día.


En la quinta, había que preparar unos sillones, que estaban situados al lado de una pileta para unas fotos en exteriores, y dentro de la estancia, iban a hacer unas tomas en un baño. 


En la ducha, justamente.


A Paula ya empezaban a sudarle las manos.


Cuando estaba bajando el sol, llegaron los modelos. La parejita hoy, estaba especialmente linda.


Les favorecía el aire libre.


Por lo menos las fotos, iban a quedar bien, pensó enojada.
Pedro, la miró y le sonrió. Paula lo miró también, pero no le pudo devolver la sonrisa. Miró para otro lado.



****

El se quedó mirándola. Que le pasaba? Por que no lo había saludado como el otro día?


****
Las fotos en exteriores resultaron ser fotos en donde la parejita se besaba, al borde de la pileta.


Pedro la tenía acostada debajo, y el apoyando las rodillas le sostenía las manos. Entre foto y foto, Rebeca le había sonreído, y le había dicho algunas cosas al oído.


Paula llevaba mordiéndose el interior de las mejillas por un rato largo, cuando el director dijo que era el momento de ir a interiores.


En el baño no fue más fácil. La pareja, tenía que darse una ducha juntos.


Por lo menos estaban vestidos, pensó. Aunque la remera clara de ella, al mojarse dejaba entrever absolutamente todo.


Pensaba amargamente que él conocía su cuerpo. 


Seguramente, se habían bañado también esta mañana, como lo había hecho con ella.


Y de la bronca, pasó a la tristeza. Sentía un nudo en la garganta, como el que se siente cuando uno tiene muchas ganas de llorar.


Se sentía angustiada pensando que había sido una más. 


Eso significó para él. Una más, que como las demás era capaz de hacer fila para recibir un poco de su atención.


Ella pensó que había superado lo que pasó con David, pero acá estaba de nuevo. En la misma posición. No quería ser esa.


Todas sus inseguridades le estaban nublando los pensamientos, y no podía concentrarse en su trabajo.


No había aprendido nada, no había escuchado lo que le habían dicho sus amigos, y se había dejado llevar. Ya empezaba a ver las consecuencias. Ella no pertenecía a este mundo. Por muchas fiestas a las que asistiera, o por mas amigos famosos que tuviera, ella no era de aquí. Ella no se movía al mismo ritmo que ellos. Se quería ir.


Quería que la abrazaran, nada mas eso.


La sesión se terminó.


Antes de que Paula se pudiera ir,Pedro pasó corriendo tapándose con las toallas que les habían dado a donde estaba todo el equipo técnico. Hoy no se le iba a escapar.


—Hola Barbie. — le dijo tomándola por sorpresa.


—Ah hola, como estas?



****


Se quedó mirándola. Algo le pasaba. Estaba rara. No se reía.



****

—Bien. Vos?


—Re bien. No te espera tu amiguita?


Paula no había podido quedarse callada. Y ahora mientras lo miraba con bronca, sentía como sus mejillas se calentaban y se ponían rojas.



****

Pedro levantó las cejas. Ahora entendía. Paula estaba celosa. Esto no podía ser bueno. El no tenía novia justamente por este tipo de cosas. No sabía como lidiar con los celos. Lo fastidiaban.


Entonces con decisión la agarró por la muñeca y se la llevó afuera para poder hablar tranquilos.


Cuando estuvieron solos, hizo lo que había estado esperando hacer toda la semana. La tomó por el cuello y la besó.






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