viernes, 6 de noviembre de 2015
CAPITULO 6
“Amor, hoy escuchaba Kings of Leon y me acordaba de vos. Van a estar el próximo finde en el Personal Music. Vamos?”
Eso no era jugar limpio. A ella le encantaba esa banda y sabía que estaba también esperando que a ella le trajera todos los recuerdos de esas canciones que escuchaban cuando estaban juntos.
Todas las veces que había ido a su casa, habían pasado días enteros, se habían mirado tanto, se habían amado tanto, mimado tanto. Al punto que ella no podía escuchar más algunas canciones. Le dolía. Era un dolor físico, que la aturdía.
Sin responder, le hizo caso a su amiga. Borró el mensaje, y lo borró como contacto.
Ni iba a mirar su perfil de Facebook hoy.
Le escribió rápido a Marcos, y este le contó que la pizza le gustaba más que las mujeres. Respuesta que la hizo reír. Todo era tan fácil con algunas personas.
A las 9 en punto, Marcos llegó con 2 cervezas y 1 kg de helado de cereza y chocolate. No se conocían, pero parecían tener tanto en común hasta ahora.
Marcos conectó su celular al equipo y empezó a sonar música de una lista de reproducción, Daft Punk y otras cosas.
Mientras Pau sacaba las pizzas del horno, se pusieron al día con lo que habían hecho en la semana.
El tono de la charla era amistoso, pero sabía que era mejor hablar con Marcos y dejar las cosas claras para evitarse un mal momento. Tampoco lo quería retener esta noche, si él esperaba otra cosa, podría ir a buscarla a otro lado. No le quería hacer perder el tiempo.
—Eu Marcos, me re gusta que hayas venido. Te digo que prefiero este tipo de plan antes que salir a veces.
—Se puede charlar mejor. Conocer mejor a la gente.
—Si, tal cual. Y por eso quería hablar con vos un cachito… Sos divino y me encantó conocerte.Siento que puedo hablar con vos.
—Y querés que seamos amigos nada más.—le contesto conteniendo la risa.
Se quedó mirándolo con los ojos como platos.
—Bueno, en realidad si. — rió nerviosa —Cómo sabías que te iba a decir eso?
—Porque me di cuenta rubia. Cero problemas, sos un amor, me encantaría ser tu amigo. Te conté que no tengo tiempo de conocer gente…y entre tanto futbolista y minitas botineras, me aburro.
—Pero no pienses tampoco que es porque no me gustas.
Marcos se rió.
—Te gusto? Me encanta, vos también me gustas Pau. Pero me parece que es una amistad en este caso. Menos posibilidades de que yo arruine todo, y mas posibilidades de que dure.
—Brindemos por eso, me parece, no?
Y brindaron por eso y por muchas cosas que se les iban ocurriendo.
Hablaron hasta que se hizo de día.
Se enteró que Marcos también salía de una relación problemática.
Estuvo a punto de casarse el año pasado, con una modelo que lo engañó con un empresario de la noche con más dinero y más poder.
Se enteró también, que después de eso, había salido con muchas botineras, pero ya no las respetaba. Estaba con ellas un par de veces y las dejaba.
No confiaba en nadie.
Ella le contó lo que vivió con su ex y sus antiguos amigos. Y él la escuchó, la bancó hasta cuando le ganaron las emociones y se le empezaron a caer las lágrimas.
La abrazó y la tranquilizó. A ella le parecía que no se había abierto así con nadie. Ni a Flor le había confesado muchas cosas que le había contado a él.
Era doloroso, pero un alivio. Se estaba sacando tanto peso del pecho.
Le contó de los mensajes. Y él la seguía abrazando, y negaba con la cabeza con enojo.
—Querés que le hable yo? Que le diga que te deje de molestar?
—No, gracias. Ya fue.—dije haciendo como si el tema no tuviera mayor importancia. Pero en el fondo se moría por escuchar la reacción de David si lo llamaba Marcos.
Le contó de su amor por la fotografía. Y eso la animó un poco.
—Pero no salgo mucho sola a sacar fotos, porque como no conozco, tengo miedo de perderme.
—No se diga mas. Voy a ser tu guía turístico. Cuando querés salir?
—Jajaja gracias! De hecho si, te voy a tomar la palabra. Cuando puedas podemos salir a sacar fotos.
—Mejor, te propongo que nos juntemos para comer más seguido y una vez a la semana que nos juntemos a sacar fotos. Qué te parece?
—Genial! Tenés cámara?
—Si, tengo. Capaz vos tengas una mil veces más copada y profesional, pero lo mío es un hobbie. Podemos salir el domingo. Hoy tengo que ir a visitar a mis viejos. Querés?
—Si! Me encanta la idea.
—Bueno, entonces reservamos una vez a la semana y me enseñas como sacar fotos.
Después de charlar por horas, Marcos se fue y Pau se acostó a dormir.
Un ruido la despertó. La puerta. Alguien estaba a punto de tirarla abajo a golpes. Miró la hora, eran las 6 de la tarde.
—Quién es?
—Paula, por que no me atendías el teléfono? No sabía si te tenía que rescatar o no piba! Me asusté!
—Ahh Flor! Perdón! Ya te abro!!
Una vez que la vió, Flor se calmó y le pregunto que había pasado y por que estaba durmiendo.
—No pasa nada. Nos quedamos charlando toda la noche y por eso dormí ahora de día. Me desubiqué, como 10 horas dormí, que bestia!
—Más que dormida estabas desmayada, me cansé de llamarte, no te debe andar el celular.
—Uhh no, el celular. Seguro se me quedó sin batería
—Ey, te vine a decir que esta noche salimos con las chicas y te necesito lista a las 12.
—Ok. A las 12 voy a estar
—Es una fiesta de disfraces, por el carnaval y todo eso. Te traje un par de opciones, te las dejo acá en este bolsito y vos ves. Yo ahora me tengo que ir a lo de Mica. La tengo que acompañar a una sesión, no quiere ir sola.
Y diciendo eso, se fue.
Mientras ponía música, y limpiaba la mesa de anoche, buscaba el celular. Dónde había quedado?
Cuando lo encontró estaba totalmente descargado, así que mientras abría la ducha, lo enchufó.
Escuchó que caían un par de mensajes, seguramente de Flor, que estaba preocupada tratando de ubicarla.
Se bañó, y se tomó tiempo en secarse y alisarse el pelo con la planchita.
Hoy tenía ganas de ponerse linda. Se había puesto las cremas que Flor le regaló para su cumpleaños, y más animada buscó algo para comer.
Se acercó al celular, empezó a borrar las llamadas perdidas de su amiga, más todos los mensajes preguntando donde estaba.
Tenía uno de Marcos de hoy.
“Rubia, que linda noche la que pasamos. Espero que te sientas mejor”
Le contestó rápido, preguntándole como le estaba yendo en casa de sus padres, y contándole de sus planes de esta noche.
Cuando llegó al final de los mensajes, se encontró con dos que no pertenecían a ningún contacto conocido.
Solo se leía el número. Cuando leyó la característica de Córdoba se dió cuenta de que eran de David. Ella lo había borrado.
“Bb te extraño mucho. Extraño tus besitos. Sos muy importante para mi.”
La hora del mensaje era lo mas llamativo. Las 2 am.
Seguramente había salido y le había escrito borracho. Que suerte que no leyó los mensajes anoche, pensó. Hoy, con la mente mas clara y fresca se daba cuenta de que David estaba aburrido, y con ganas. No la extrañaba, ni estaba triste. Le mentía.
El segundo mensaje era todavía peor.
“Donde estas? Necesito verte aunque sea un segundo gorda, respondéme los mensajes”
Estaba a punto de contestar el mensaje cuando se acordó de su charla con Marcos. No. No le iba a ganar.
Se fue a la heladera, se abrió una latita de cerveza y borró los mensajes.
Solamente le faltaba el disfraz, así que vació el contenido de la bolsa que Flor le había llevado, en la mesa. Tenía tres conjuntos para elegir.
Uno parecía ser de una policía sexy. Ja! No tenía parte de arriba, solo una bikini. Ok, next.
El otro era de cuero negro, y muy pequeñito así que ni se molestó en abrirlo.
El tercero era un montón de telas rosadas y violetas, como top strapless y una pollerita de tules en capas, incluía una peluca rubia, super pestañas postizas, una carterita en forma de corazón y unos tacos fucsia.
Barbie. Le encantó. De paso, pensó que podía lucir su nueva melena rubia lacia.
Se miró en el espejo y no parecía ella. Era Barbie. Se había maquillado los ojos con lilas y la boca en un rosa chile que brillaba.
Una Barbie un poco borracha, eso si. Entre los tacos y la cerveza, se le ponía muy difícil caminar.
Todo por culpa del estúpido de su ex.
A las doce menos cinco, le estaba tocando la puerta a Flor.
El departamento ya estaba lleno de las amigas de modelos, todas vestidas de personajes distintos. Había una enfermera, una gatúbela, una Lara Croft, Flor era una sirena, había una bruja y una, que supuso se había vestido como Lady Gaga.
Cuando llegaron todas las chicas que estaban esperando pidieron un par de taxis y se dividieron en grupos de 4 para ir hasta el boliche.
Como siempre el lugar estaba lleno de gente. Todo el mundo estaba disfrazado, y si, todos estaban enfiestadísimos.
Pau, llegó del brazo de Flor, con miedo de caerse de los tacos, pero confiada, porque se veía linda, y parecía una Barbie.
No desentonaba para nada con sus amigas modelos, podía pasar tranquilamente como una más.
Entraron en 3 segundos y se fueron todas a la barra. El barman al reconocer a las modelos las invitó a todas un trago gratis.
Muchas estaban a dieta, así que no tomaban mucho. Los tragos se iban acumulando en la mesa, y Pau y Flor muertas de risa aprovechaban para tomar gratis.
Se fueron a bailar, entre ellas, prestando poca atención a todos los hombres que se les acercaban.
La música cada vez se ponía mejor, y se estaba sintiendo muy bien.
Bailó con unos chicos que estaban cerca, con otras chicas que no eran de su grupo. La estaba pasando genial.
Tanto líquido había tomado, que Pau no pudo mas y salió corriendo al baño.
Cuando estaba por salir sintió que la carterita hacia ruido.
Vibraba. Mmm….alguien la llamaba.
Pensó en quien la podía estar llamando. Pero no podía mantener un pensamiento coherente así que atendió sin dudar.
—Marrrrcos? — dijo entre risas y arrastrando la R.
—Pau? No, soy David. Quién es Marcos?
Puta madre. Fue como un balde de agua fría que la obligó a despertarse. Tendría que haber pensado antes de atender.
—Pau, estás bien? Quiero verte bonita. Saliste? Dónde estas? Te busco.
—No te voy a decir pibe, que te importa. Buscáte una mina y dejáme de joder a mi.
—Gorda hablemos, nos veamos. Te extraño.
—No quiero que me sigas llamando.
—Nos veamos una vez mas. Quién es Marcos?
Mintió. No le importó. Él se lo merecía.
—Mi novio. Y estoy esperando a que me llame así que cortá.
—Novio? Estás de novia?—era la primera vez que lo escuchaba así. Es como si no pudiera creer que ella se pudiera poner de novia.
—Si. Por eso, por favor ya no me llames.
—Pero quién es? Lo conozco? Alguna vez lo vi? Cuánto hace que están saliendo?
Ella miró el teléfono indignada y cortó. Al segundo, él la llamó de nuevo, pero ella rechazó la llamada. Así dos o tres veces mas. Necesitaba salir de ahí, ya mismo.
Aturdida por lo que había pasado, y sin querer reconocerlo, un poco preocupada por la posibilidad de haber lastimado a su ex, salió del baño a los tropezones.
Afuera la fiesta estaba a pleno. Todos bailaban.
Sintió que alguien le agarraba de la mano mientras ella avanzaba, y se la llevaba hacia un rincón.
Reconoció al modelo castaño que la miraba con ojos preocupados.
—Are you ok? (Estás bien?).
—Si si. —le contestó. Pero no podía ni mantenerse en pie.
Escucharle la voz a su ex, en plan tan cariñoso fue como hundir el cuchillo en una vieja herida.
—Wait here, just… stay here (Esperá acá, sólo quedate acá).
Y así como así, el modelito desapareció entre la multitud.
Ella sentía como su cartera vibraba, pero no quería ni mirar.
Sus amigas estaban todas divirtiéndose.
Ella tenía ganas de llorar. Justo entonces, vio que el modelito se le acercaba con unos tragos. Le hizo elegir entre dos, y la animó a que tomara.
Sin dudarlo tomó uno de los tragos y sintió como el calorcito que le dejaba en el pecho la bebida, de a poco, le sacaba la sensación de angustia que tenía.
Cuando estuvo mas calmada, miró al modelito. Estaba vestido con unos chupines celestes y una camisa arremangada hasta los codos de color lila. Con un pañuelito en el cuello de color fucsia. Era tan hermoso, y se veía tan gay. Supuestamente estaba vestido de Ken, lo que hizo que Pau se tentara y empezara a soltar unas descontroladas carcajadas.
—Do you speak Spanish Ken? (Hablas español, Ken?).
—A little, Barbie. Are you better then? (Un poquito Barbie. Estás mejor, entonces?).
—Yes, thanks. (Si, gracias).
Antes de que pudieran seguir hablando, se acercaron dos modelos más, los que siempre estaban con él, y el rubio lo tomó por el brazo y le empezó a decir cosas al oído.
Hacían linda pareja, si se los miraba bien. Los dos eran tan lindos. Tenían cuerpos perfectos, hombros anchos, cinturas pequeñas. Hermosos.
Para no interrumpirlos, de lo que parecía una discusión de pareja, ella se levanto y se encaminó al patio. El aire fresco le hizo muy bien.
Afuera, había más gente que en el boliche, así que, todavía sintiendo el calor del trago en el pecho y como se le cerraban los ojos, siguió bailando.
Un chico bailaba con ella, pero ella lo vivía como un sueño.
Por momentos su mente se ponía borrosa, y se iba por ahí.
El chico la agarró la cara y le dio un beso, pero ella se separó de él como pudo.
—Pará, David. Andáte. — dijo, confundida. Su cabeza eran puros ruidos y todo se ponía borroso.
Sin saber como, estaba en la otra punta del patio.
Se sentó en uno de los bancos y se mareó. Iba a ser muy complicado levantarse. Bueno, ya pensaría en eso después.
Sus amigas estaban adentro bailando.
Cuando levantó la mirada Ken y su amigo, un marinero, se acercaban a ella.
Ella tenía la cara escondida tras las manos. No podía hacer foco en nada que se quedara quieto, y eso le hacía perder la paciencia. No se sentía mal, pero tampoco podía mantenerse derecha, era frustrante.
—Hey dude, you should take Barbie home. She is not looking good. (Hey, deberías llevar a Barbie a su casa. No se ve bien).
—I don`t know where she lives (No sé donde vive).
—Then take her to your place. She is about to faint. She can`t be alone either. (Llevala a tu casa. Se está por desmayar, tampoco puede estar sola).
—Ok. Can you talk to Flor and tell her? (Está bien. Podés hablar con Flor y decirle?).
—Sure, no worries. Go. (Seguro, no te preocupes. Andá).
—Ok, bye. (Ok, chau).
—Bye, I’ll call you tomorrow. (Chau, te llamo mañana).
Paula escuchaba la charla pero estaba lejos. Parecía como una película. Ella cerró los ojos y se durmió.
CAPITULO 5
Como dijo Flor, en menos de media hora estaban en el departamento del productor, que era igual o más impresionante que en el que habían estado ayer.
Había un DJ, esta vez en medio de la sala, y pudo reconocer a algunas personas de la noche anterior.
Todos bailaban y tomaban como si mañana no fuera lunes.
Bueno, pero le daba igual, estaba todavía de vacaciones, y un domingo no era diferente a un viernes o un sábado a la noche. Así que era el momento de divertirse.
Apenas entraron Flor la arrastró a saludar a medio mundo.
Después de esa actividad tan agotadora salieron a un patio que tenía el departamento. Un espacio abierto con una pileta al fondo y una galería que funcionaba, se imaginaba ella como quincho porque había un asador, mesas y luces de todo tipo.
El grupo que estaba ahí afuera, estaba más tranquilo.
Pudieron sentarse a charlar.
Al rato llegó Mica, una de sus amigas modelos, que lo primero que hizo fue preguntarle a Pau por Marcos y que había pasado anoche, con demasiado lujo de detalles en las preguntas.
Cuando terminó de contar la historia por tercera vez, sintió que la miraban. Recorrió con los ojos el patio hasta que los encontró. Dos de los modelos de la noche anterior. El morocho altísimo y el de pelo castaño que había bailado con ella.
Repitiendo lo que había hecho anoche, cuando se sintió intimidada por los ojos azules del de pelo castaño, sonrió y miró rápido para otro lado.
Los dos estaban hablando solos en un rincón. Parecían concentrados y cada tanto se reían o empujaban.
Esos dos la estaban pasando muy bien ahí solos, pensó y se rió. La miraban y se decían algo.
Seguramente tenía que ver con Marcos y de cómo había preferido quedarse con esta flacuchita que no era modelo, ni siquiera bonita, que con él. Que era uno de los chicos más lindos de este planeta.
No se acercaron a saludar, ni a charlar con ellas, solamente se quedaron ahí a lo lejos, charlando entre ellos.
Pero tampoco se besaban ni abrazaban. Si no hubieran estado aislados los dos solos, hablando tan cerca, en una fiesta plagada de modelos bellísimas, nadie hubiera creído que esos dos eran gays.
Aunque si lo pensábamos mejor, estaban demasiado bien vestidos. Los dos de chupines oscuros y camisas con cardigans como se usaban en Europa, y zapatos tipo sleapers. Y como les brillaba el pelo.
El morocho tenía el pelo ondulado, rapado en los costados.
El castaño tenía el pelo más bien corto, despeinado, pero con mucha onda. Notó, ahora que lo miraba mejor, que tenía un tatuaje en el cuello.
Era una estrella negra. Bastante femenino, pensó.
Se fueron a bailar, porque la música cada vez se ponía mejor.
Pau se estaba divirtiendo, eran momentos como estos que le hacían pensar que no era imposible olvidarse de todo lo que había dejado atrás.
Sus amigas modelos eran muy sexys, y bailaban moviendo sus delgados y delicados cuerpos como en un video clip.
Pero ella en ese aspecto no tenía nada que envidiar, bailar se le daba fácil. Era el único momento en el que se sentía sexy.
El único. Porque si lo pensaba, ni estando en la cama con David se sentía así.
Así que disfrutó el momento, se dejó llevar y bailó y bailó.
Se les acercaron otras chicas con tragos y se fue soltando cada vez más.
Vió y todas estaban bailando con los ojos cerrados. No se veía nada salvo lo que iluminaba la luz parpadeante del costado. Mirando la escena con esa luz, parecían fotografías. Le hubiera encantado tener su cámara con ella.
Parecía todo irreal. Como si lo estuviera viendo desde afuera de su cuerpo.
Sintió como la agarraban de la cintura, pero no se dio vuelta, siguió bailando.
Todos bailaban con todos. La mano que tenía en su cintura se movía, la sostenía y por momentos le parecía que la acariciaba despacio. La acercaba a su cuerpo y bailaba con ella.
Cuando miró quien era, casi no se sorprendió a ver al modelo castaño. Ya había bailado así con ella, y con Marcos.
Esta vez no estaba Marcos, y el aun asi, bailaba con ella.
Como la noche anterior, no hablaron, solamente bailaron.
Se apagaron todas las luces, y quedó el departamento en total oscuridad.
Al principio eso la inquietó, pero después se dio cuenta de que sentía todo con más intensidad, porque no podía verlo.
La música le sonaba por toda la piel. Podía sentir los otros cuerpos bailando cerca, el calor del pecho del modelo que bailaba con ella. Sus manos en su cuerpo. Y cerró los ojos.
No tenía sentido tenerlos abiertos, de todas formas no veía nada. Tomando valor, y sintiéndose refugiada por la falta de
luz, levantó una mano y agarró al modelo por el cuello mientras este seguía bailando a sus espaldas.
Este se dejó agarrar, y movió su cara para rosarle con la nariz la oreja.
Pau sintió la respiración tibia del chico mientras bailaba, y sintió una oleada de placer y calor.
Porque tenían que ser gays los chicos más lindos y sexys?
Interrumpiendo el hilo de sus pensamientos, el modelo la dio vuelta y se enfrentó a ella para bailar más cerca.
Ahora le bajó las manos y la sujetó por las caderas, Pau estaba sintiendo cosas muy fuertes, que se intensificaban por la oscuridad. El chico podía bailar. Lo hacía muy bien.
Otro indicio de que era súper gay.
Siguieron bailando dos o tres canciones más, en la oscuridad y entre el calor de todos los otros bailarines del lugar.
Pero entonces y como rompiendo el encanto del momento, Flor la agarró de la mano y le dijo al oído tirando de ella.
—Pau, tenemos que irnos. Hay un tipo que no quiero que me vea. Es un productor, porfa.
—Ok ya vamos. — abrió los ojos, y mientras miraba al modelo con la poca luz que se filtraba del patio le dio a entender que se iba.
Para su sorpresa, este la agarro de la mano y la acerco para decirle algo al oído.
—Bye blondie. You can dance
Paula lo miró, y se dio cuenta de que él no era argentino.
Muy probablemente era un modelo de intercambio. Con acento inglés. Volvió a sentir la oleada de calor por todo el cuerpo.
—Bye. See you.—fue lo único que se le ocurrió decir
Siguió a su amiga hasta afuera donde tuvo que entrecerrar los ojos porque la calle estaba muy iluminada y tenía que volver a acostumbrarse a la luz. Pensó que mejor no le decía nada a Flor de su momento con el modelito. Se le reiría por sentir esas cosas por él, que seguro tenía novio.
Esta noche, iba a necesitar una ducha fría para dormirse.
Todavía sentía la boca del modelo en su oído hablándole en inglés con ese acento tan sexy.
****
Esa semana se pasó rapidísimo. Con Flor ocupada con 3 campañas, no tenía tiempo para juntarse con ella. Y con Marcos concentrando, le daba tiempo nada más de escribirse a la noche con ella antes de dormir. Habían hecho de esto una rutina, y a Pau le gustaba. El día del partido, charlaron poco, pero por lo que ella vió después en la tele, les había ido bien. El había hecho un gol y todo.
Quedaron en juntarse ese viernes para festejarlo.
Se conectaba después para charlar con su hermano y que este le contara las novedades de casa.
Pero no había muchas novedades.
Todo era muy aburrido y lento en las vacaciones. Eso le hizo pensar en que irse antes de ahí fue una buena idea.
Se hubiera vuelto loca a los dos días.
Por suerte estaba lejos.
Pero entonces, el jueves a las 11 de la noche, le llego un mensaje. Miro la pantalla esperando ver el nombre de Marcos.
Aunque era tarde para él, quien mas le podía escribir?
Y lo vió.
La pantalla decía “DAVID”
Le había mandado un mensaje. El corazón se le subió a la boca.
Ya le temblaban las manos. Qué onda? Que querría?
Lo pensó en frío. Era jueves, a la noche, y él no sabia que se había ido de Córdoba.
Agarro el celular y desbloqueo la pantalla. Entro al mensaje y era corto.
“Que andas haciendo bonita? Nos juntemos a charlar. Besitos.”
Bonita. Era como le había dicho cuando empezaron a salir.
Durante la relación ella era gorda, gordita, bb, amor, mi vida, en todo caso.
Ahora quería verla? Y todas las veces que ella había querido verlo a el?
Sin pensar le contestó.
“Pensé que no me querías ver.”
A los pocos segundos, tenía una respuesta. Mierda. No le tendría que haber escrito —pensó.
“Gorda, necesitaba tiempo. Sabes que te extraño”
Ja! Tiempo. Habían pasado meses. Casi 3 sin hablarle. Ella se había hartado de escribirle. El la ignoró sin importarle que estaba sufriendo muchísimo.
Se acordó de lo que había sido todo ese tiempo sin él. Se acordó de como le había dolido.
No le iba a contestar. El le había hecho algo muy feo, y le molestaba que pensara así de ella. Que un buen día se iba a aburrir, y le iba a hablar, y ella iba a volver arrodillada a su lado. Que había hecho ella en el pasado para que él pensara eso?
Pero no. Ella había cambiado. O estaba tratando. Y no iba a repetir sus errores.
Ahora necesitaba tiempo. Para pensar si se acercaba de nuevo a él, si quería seguirle el juego. Ya vería ella que hacía. No se iba a dejar esta vez. El sabía lo que le costaba a ella decirle que no.
Como empezaba a llenarse de bronca, puso el celular en silencio y agarró su cámara.
Salió a Puerto Madero a sacar fotos por todos lados.
El paisaje nocturno era tan distinto al de día. Las calles estaban llenas de gente, porque era jueves, y hacía mas de 25 grados. Familias de paseo, chicos mas jóvenes de fiesta, parejas de ancianos que salían a caminar.
Le encantaba lo que veía.
Estaba sacando fotos, cuando en un bar vió caras familiares.
El modelo castaño, esta vez acompañado por el tercer modelo, el rubio de la crestita. Estaban sentados en una mesa tomando unos tragos, y, para sorpresa de Pau, el modelo de la cresta tenía tomado del hombro al modelo castaño.
Toda la escena parecía muy íntima y tuvo que mirar para otro lado.
Ahora ya no le quedaban dudas.
Sacó dos o tres fotos más y se volvió a casa.
Al día siguiente se despertó mirando como titilaba la luz del celular. Luz verde, que significaba mensajes de texto.
Seguro David, le había vuelto a escribir anoche.
Se armó de valor y leyó.
“Tenés todo el derecho de estar enojada amor. Me re equivoqué, y me gustaría poder pedirte perdón”
Y otro:
“Dale gorda respondéme, me siento mal, te extraño mucho y me duele estar sin vos.”
Y otro:
“Te voy a esperar todo lo que te haga falta. Por lo menos contéstame como estas, no se nada de vos. Te amo.”
Bueno, si me amara tanto, me hubiera llamado. — pensó enojada. Pero no. En todos estos meses ni una sola llamada.
Porque ella se tenía que sentir mal por que él ahora estaba un poco triste? (si es que eso era cierto). Después de todo lo que ella había pasado.
El lo que quería era su minita fácil y cómoda. A la que podía manejar a su gusto y que siempre le daba y hacía lo que él quería.
Y ella se sentía mal. No podía pensar que el estaba un poquito mal. Sentía urgencia por ir a abrazarlo. Era una boluda.
También tenía un mensaje de Marcos, de hacía un ratito:
“Rubia, te veo hoy?”
Y hoy era viernes, así que se iban a ver.
“Si nene, hoy tipo 9 si querés venite al depto, te paso la dire”
Y le pasó todos los datos para que se pudiera ubicar. Le pareció una buena idea, y se ofreció a traer bebida y postre.
Tenía un par de cosas que hacer todavía. Limpieza era una.
Así que se puso a limpiar todo a fondo para tener tiempo de bañarse y prepararse para la noche.
Tenía que hablar con Marcos. No quería que la viera como una histérica, pero por las charlas que habían tenido hasta entonces le pareció que si un chico alguna vez le entendería esas actitudes, ese seria él.
Como a eso de las 6 de la tarde, Flor la fue a visitar y a invitar a una de sus fiestas llenas de modelos.
—Hoy no puedo, viene Marcos.
—Ah, entonces vas a ver si sentís cositas, flaqui? Me alegro, era hora.
—Jajajaja no no. Sigo sin sentir esas cositas. Viene a comer y a pasar el rato nada más.
—Mmm…para que lo invitas a tu casa entonces? Pobre pibe, va a venir con todas las ganas.
—Tenés razón. Y si le digo de comer afuera? Qué hago? Es re tarde para cambiarle así de planes.Encima como le explico por que no puede venir a casa
—Tranqui flaqui. Charlen bien. Si se pone denso me escribís y vengo al rescate. No voy a estar muy lejos.
—Hay fiesta por acá cerca?
—Siempre, Pau. Qué embole que no podés venir…un modelito es justo lo que te hace falta para sentir cositas. Y con ellos no te tenés que hacer drama por lastimar a nadie. Son de lo peor. Están con minitas que ni el nombre se saben y después como si no las conocieran. No se atan a nada.
En seguida pensó en el modelo de pelo castaño… y sin saber por que se le aceleró el pulso.
—Que amorosos.
—Ah no, eso no. Nunca busques un novio ahí. Cositas de una noche, eso si.
—Bueno, lo voy a tener en cuenta. Hoy necesito un amigo nada más.
—Dale. Cualquier cosa, al celu, eh? En dos segundos estoy acá.
—Gracias Florcita. Eu, no te conté…me escribió David
—Noooooo, en serio??? Que quería???
—Mirá lee los mensajes
—Y por que no llama? Que cagón
—Si, así es el.
—Uhf no Paula, bórralo. Ya pasó. Sacálo de los contactos, para evitar llamarlo o escribirle cuando estés borracha. Y borra los mensajes. No te hace bien leer estas cosas. Necesitas olvidarte del pibe.
—Si? Y si lo hago sufrir un tiempo y después…
—Es un asco. Si a vos no te pasara nada con él, bueno, si. Ahí si te entiendo que quieras tener contacto,…juntarse,…un poco de sexo y listo. Pero estas demasiado involucrada, y herida Paula.Todavía te duele. No se merece que le vuelvas a dar bola.
—Tenés razón.—le dijo, pero poco convencida. En el fondo ella no le iba a hacer caso a nadie.
Sabía que cuando se trataba de él, ella también era débil.
Flor se fue, ella se bañó, se cambió y se puso a cocinar. Iba a hacer unas pizzas caseras. Se dio cuenta de que no sabía mucho de Marcos. Comía pizza? Le gustaba? Agarro el celular dispuesta a escribirle un mensaje rápido cuando vio que tenía un mensaje.
Otra vez las letras que ella no quería ver.
DAVID.
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