Paula entró a su casa, sintiendo que se había metido en un problema grande. Ese último beso, la había dejado muy confundida. Sabía que ya estaba enganchada.
Iba a salir de eso sufriendo.
Pensó, irónicamente, que por lo menos podía huir de Buenos Aires, y volver a Córdoba.
Ahora había algo más importante que tenía que hacer.
Prendió su celular, e ignoró los mensajes y llamados de David. Tenía un mensaje de Flor, que le decía que la había visto con Pedro, y quería detalles. Y un mensaje de Marcos, que decía que hoy a la noche, cuando volviera del partido, la iba a llamar.
Vió el reloj, y todavía tenía una hora para que la llamara.
Le dió un poco de culpa no contestarle a su ex, así que finalmente lo agregó a Facebook y tipeó un rápido mensaje a su celular:
“Hola nene. No te contesté porque estaba en el trabajo. Era urgente? Que necesitas? ”
Y mientras esperaba la respuesta, marcó el número de su amiga Flor que atendió al tercer timbrazo.
—Hola Pau!!!! Tenés mucho para contarme… —le dijo riéndose.
—Sii… tengo cosas para contarte. Pero antes que nada. Hablaste con Coty?
—No. Desde ayer en la previa no hablo con ella.
—Ah ok. Bueno que querés que te cuente?
—Qué??? Qué hacías con el inglés, por ejemplo?
—Y nada, estuvimos juntos nada más.
—Me hiciste caso?
—Si, te hice caso. — dijo Paula, agradeciendo que su amiga no estuviera ahora con ella para darse cuenta de lo roja que se había puesto.
—Y que tal?
—Increíble Flor, no sabés lo que fue. Bah, capaz sabes porque alguna de tus amigas te contó. Pero fue… no sé. Lo que me hacía falta.
—De una! Eso te decía yo. Mientras tengas las cosas claras y hasta donde tenés que ir, y a donde no. Es lo mejor que podrías haber hecho.
No le iba a confesar a su amiga hasta que punto le gustaba Pedro. Ella se lo olería de todas formas.
Su último comentario había salido con tanto veneno como había podido.
Pero aun así, había cosas que si quería decirle. Le quería pedir ayuda.
—Flor, vos que sabes mas de estas cosas. Como se hace para tener este tipo de… relación?
—No es que haya reglas. Yo diría que mas bien, te puedo dar tres consejitos.
—Decime.
—El primero, no te encariñes. El segundo, nada de reclamos. Vos no los hagas, y tampoco dejes que te los hagan. Y el tercero, aunque parezca una obviedad, CUIDATE. Y no solamente te digo que cuides tus sentimientos.
—Si, eso está cubierto.
—Bueno, ya está entonces. Que más querés saber?
—No se, por ejemplo mientras estaba con él, David me llamó. No le dije quien era y tampoco él me preguntó.
—Obvio, a ningúno le tiene que importar la vida del otro, Pau. Esto es así. Cuando conoces mucho de la otra persona, te podes enganchar. El tema de los exs, es peligroso. Hay celos y esas cosas que no tienen nada que ver.
Pedro celoso? El, que podía y que de hecho iba a estar, con cuanta modelo se le pusiera en su camino. No lo veía posible.
—Si se van a ver seguido, va a ser eso. Van a tener un poco de sexo y después se visten, y como si nada. Sin reclamos, y sin horarios. Cuando les pinte a los dos.
—Es que ni eso se. No se si va a ser algo que va a volver a pasar. El no me dijo nada.
—Y, si vos querés, búscalo vos.
—No hay forma. Esta bien que esté tratando de abrir mi mente, y me esté relajando en muchas cosas, pero me parece que eso es mucho más de lo que puedo hacer.
Después de un par de preguntas a Flor, más bien técnicas, cortó y se sentó a esperar que Marcos la llamara. Estaba nerviosa. No sabía que había pasado anoche con Coty. Si estaba enojado con ella?
Mientras esperaba, entró un mensaje de David. Era largo y estaba dividido en dos. El primero decía:
“No te hagas drama, no era urgente. Te quería contar que el fin de semana que viene voy a andar por allá por Buenos Aires”
En el segundo agregaba:
“Me quedo hasta el lunes en un hotel en puerto madero, tu vieja me dijo que vivís cerca. Por ahí nos podemos ver un ratito. Si querés. ”
Paula sonrió dándose cuenta de que le dejaba la opción de decir que no. No era como los mensajes que le había mandado antes, en donde le escribía como si ella fuera a caer de nuevo a sus pies, hasta llamándola de formas cariñosas. Había sido un mensaje de amigos.
Rápidamente le contestó.
“Dale, avísame cuando estés acá, y te muestro mi facu. El fin de semana tengo una producción de fotos. El viernes. Pero después puedo cuando digas”
El le contestó.
“Yo llego el jueves. Te escribo cerca de ese día con mas novedades: —D“
Se alegró de que David, ya no iba a ser un problema en su vida. De a poco venir a Buenos Aires, valió la pena, se dijo.
Entonces sonó su celular. Marcos.
—Rubia, como estás? Todo bien?
—Yo si. Vos?
—Y…maso. Tenías razón. A Coty no le cae muy bien el tema de cómo bailamos.
—Pero, por que? Que pasó? No le habías explicado que éramos amigos. Nada más que amigos?
—Si, le conté todo. Le conté de la noche que nos conocimos. Le conté todo.
Silencio.
—Y qué te dijo?
—Me dijo que capaz, éramos amigos porque vos no habías querido más, pero que yo me había quedado con todas las ganas.
—No! Y qué le dijiste?
—Que no era así. Que yo quería estar con ella.
—Querés que le hable yo?
—No, dejá. No quiero que te pelees por mi culpa. Ella está enojada conmigo. No con vos. Pero si vas y le hablas va a pensar que nos estamos poniendo de acuerdo y es peor.
—Ok. Y en qué quedaron?
—En que quiere pensar un tiempo. Tiene que viajar a Mar del Plata para una sesión de fotos, y cuando vuelva vamos a hablar.
—Pero nosotros podemos seguir siendo amigos, no?
—Rubia, eso nunca cambia. Si Coty no confía en mi, no va a ser por vos. Después se va a perseguir con otra…y es así. No tiene nada que ver con vos.
—Ok. Uh morocho, me siento re culpable por lo que te pasa.
—No, olvídate. Me van a venir bien esos días a mi también. Ahora contáme vos que quiero saber.
Paula se rió y le contó lo que había pasado con Pedro, dejándose los detalles para ella, pero los hechos importantes. Marcos, también parecía estar contento porque ella se hubiera animado, y porque por fin estaba dispuesta a divertirse. Pero también, la aconsejó en cuanto a engancharse.
Sus amigos la conocían. Sabían que ella era sensible, romántica, noviera, estaba herida, venía de recuperarse de una decepción y para colmo de males, era muy insegura. Un combo complicado.
Pero en algún momento había que empezar a sanar.
Esa noche cayó agotada a su cama, y mientras pensaba en todo lo que había pasado ese fin de semana, se quedó dormida.
****
Ese lunes, empezó genial. Sus clases eran cada día mas interesantes. Hoy, habían tenido una práctica con luces de diferentes temperaturas. Pensó que podía tomar nota para las producciones con Eduardo. Algunas cosas que veía en el laboratorio de su facultad, las había visto en la productora.
Cuando llegó a la tarde, se dispuso a bajar las fotos que había tomado a la computadora.
Mientras esperaba la descarga se dijo que estaría bien conectarse un rato a internet. Le llamó la atención que en Facebook tenía muchos mensajes.
En ese momento su celular sonó. Era su hermano.
—Pau, viste las fotos?
—Hola, no? Yo también te extraño, yo también te quiero…
—Jajaja, no las viste. Fijate están en internet, te pasé el link de la página que las publicó.
—Que fotos?
No tuvo que volver a preguntar. En todas las portadas de los sitios de chimentos estaban las mismas 3 fotos.
En la primera estaba ella.
Si, ella.
Con los ojos cerrados abrazando por el cuello a Marcos, en el boliche de Córdoba. En la segunda, ella y Marcos estaban sentados en un bar de puerto madero, y ella se inclinaba para decirle algo al oído.
Aunque parecía que lo estaba por besar. Y la tercera era la peor de todas. Marcos la tenía rodeada por la cintura con un brazo, y con el otro, en gesto protector y cariñoso le tenía agarrada una mano mientras le besaba el cabello. Ella tenía la nuca apoyada a su pecho. Reconoció la foto de la misma noche del boliche en Córdoba.
Nunca le había importado mucho lo que los demás dijeran de ella. Pero eran otros ámbitos también. Marcos era un conocido futbolista y la noticia estaba tomando alcance nacional.
Se agarró la cabeza de pensar que Coty las vería.
Seguramente ya las había visto. Le encantaban los sitios y programas mediáticos.
—No era que eran amigos Paula?? — le preguntó Nico, sacándola de sus pensamientos.
—ES mi amigo. Las fotos…no son lo que parecen. Que bronca!!! Ahora qué hago? Yo recién me estoy integrando en la provincia…y si me reconocen?
—Tengo una hermana famosa. No te fijaste que en Facebook todo el mundo compartió las fotos? Debes tener como mil peticiones de etiqueta.
—No, no vi nada. Últimamente ando en cualquiera.
Al rato su hermano cortó y ella se quedó mirando la pantalla del monitor. Mas tarde la había llamado Marcos. Se disculpó por no haberla llamado antes, pero había estado casi todo el día reunido con sus agentes y abogados para solucionar problemas que ya le estaban llegando por las benditas fotos.
También pensó en que David iba a ver las fotos, y se iba a poner peor de lo que estaba ese día que los vió en vivo y en directo. El todavía pensaba que Marcos era su novio.
Inevitablemente, pensó en Pedro. El también vería las fotos.
Pensó también con amargura, de que si las veía, probablemente no le importarían ni un poco.
Ya pasado el momento de shock, se detuvo a leer lo que ponían las notas. En varias las versiones eran distintas. Se habían inventado una película que no existía. Solamente había una constante.
Marcos García, con su nueva novia Cordobesa. Estarían viviendo juntos en Buenos Aires desde hacía por lo menos un mes, y estaban los dos totalmente enamorados.
Como la gente podía seguir consumiendo este tipo de basura? Era todo mentira. Habían inventado todo.
Un escándalo nunca favorecía a nadie que quisiera tener una carrera profesional seria y sólida.
Se quedó hasta tarde esa noche viendo videos, y links que le habían pasado sus conocidos, en donde la noticia aparecía.
Cerca de la medianoche, su celular sonó porque le habían entrado varios mensajes.
Marcos, que le decía que había hablado con sus abogados y que iba a tener que aparecer en uno de los programas a desmentir todo. Eso no le hacia mucha gracia, pero no le quedaban muchas opciones.
Tenía de sus amigas, que se reían y le tomaban el pelo, porque ellas sabían la verdad. Y tenía uno de David.
“Tengo una ex super famosa jajaja“
Ese mensaje, la hizo reír un poco. Después de lo tenso que había sido ese lunes, le hacía bien reír un poco.
El martes no fue mucho mejor. A la salida de la facultad, la habían seguido tres periodistas que quisieron hacerle una nota. Ella, por consejo de Marcos no podía hablar.
El miércoles la situación se estaba saliendo de sus manos.
Su humor estaba por los pisos. Estaba segura de que si algún fotógrafo se le acercaba, ella lo iba a morder. Tenía que soportar comentarios como:
—Sos la nueva novia de Marcos García? Es verdad que estarían planeando casarse en el verano? Estas esperando un bebé de García?
Si hubiera estado de mejor humor, probablemente se hubiera reído de las ridiculeces que decían.
Pero aunque todas eran una absoluta mentira, ya había tenido que soportar que sus padres la llamaran dos veces por hora, para confirmar si lo que decían era cierto. Cada vez que salía una nueva infamia, la llamaban.
Ella estaba cansada, y tenía ganas de irse del país para que la dejaran en paz.
Cuando llegó a la productora, Eduardo la esperaba y obviamente, no fue la excepción en decirle que la había visto por todas partes con un chico. Pero claro, su jefe sabía que Marcos no era su novio. Porque Pedro se había presentado como tal.
A él, sí se tomó la molestia de explicarle, que en realidad con Marcos la unía solamente una amistad. Una fuerte amistad, pero nada más. Las fotos eran engañosas y tomadas en momentos que hacían parecer cosas que no eran.
Su jefe se rió, pero entendió. Aparentemente hacía años que trabajaba en el mundo de la farándula y sabía como eran esas cosas.
Se pasaron toda la tarde montando una escenografía para la producción de Pedro.
En el centro había un living con sillones y almohadones, tirados en el piso. Había una chimenea de utilería y algunos muebles reales.
Parte de la producción, tenían que hacerla en otras locaciones, por lo que la producción se dividía en dos días. El domingo iban a ir a una quinta que quedaba a un par de kilómetros de ahí.
Cuando faltaba media hora para la producción, la gente del catering empezó a llegar. Armaron una mesa con manteles blancos llenos de platos con frutas cortadas en cuadraditos, y sushi. En pequeños baldes habían colocado hielo y botellas de agua y lo que creía ella, que era champagne.
Mas luego, la gente de la agencia de modelos llegó. Todo el equipo de la dirección de arte y dos representantes de la marca de jeans.
Los de maquillaje armaron una mesa mas, para maquillar y peinar a los modelos.
Paula estaba distraída terminando de armar los trípodes para las tres diferentes cámaras que se iban a usar, cuando lo vió llegar.
Estaba vestido con una remera negra de mangas cortas, y un jean negro. Una vez más tuvo la impresión de que salía de una revista de moda. Y solamente llegaba de la calle, a cara lavada y sin photoshop.
Pero lo que le sorprendió más aun, es ver con quien había llegado.
Abrazada a su cintura, la modelo con la que lo había visto un par de veces, Rebeca.
Ella también estaba despampanante. Tenía una camiseta blanca, y unas calzas ajustadas negras, que le quedaban impresionantemente bien. Tenía el pelo recogido en un rodete desprolijo.
Se sintió un técnico más de los que estaban instalando las luces.
Ella se había puesto una musculosa negra y un jean oscuro ajustado. Podría haber sido peor, pero al lado de la modelo, ella, parecía una niña.
También notó, como a pedido de la modelo, habían puesto música. La típica música que uno se imagina hay en una sesión de fotos, o en una pasarela.
Era evidente el trato especial que se les daba a estos modelos. Ella llevaba poco tiempo trabajando en la productora, y era la primera vez que veía este tipo de atenciones.
Tenía que reconocer que, al margen de que se los trataba como si fueran super estrellas, eran los dos muy profesionales.
Los maquillaron en minutos, y colaboraban con la gente de
vestuario y peinado para hacer todo de la mejor forma posible.
Su mirada se cruzó varias veces con la de Pedro, que cada vez que la veía, le guiñaba un ojo, le sonreía y le hacía un gesto de hola con la mano.
Ella sonreía y gesticulaba con su boca un hola sin que nadie pudiera oírla.
****
Los días habían pasado lentamente, y para su asombro, había estado deseando verla.
Y ahora ahí estaba. Se la veía profesional preparando los equipos. Se notaba que sabía lo que hacía. En varias oportunidades, la había visto retirarse el pelo detrás de las orejas, o morderse el labio.
Esos gestos que, ahora sabía, siempre hacía.
Inmediatamente, se acordó cuando los había hecho estando con él, en la cama.
Había tenido que obligarse a pensar en otra cosa, porque se le empezaba a notar las ganas que tenía de estar con ella. Y eso además de ser vergonzoso, era poco profesional.
Y así, la sesión empezó. Se tomaron algunas fotos individuales, en cientos de poses.
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