Paula entró al departamento como pudo. Tenía que poner sus pensamientos en orden. No podía creer todo lo que había pasado.
Se llevó una mano y se tocó la boca. Sus labios estaban hinchados y todavía sentía el beso de Pedro.
Flor la visitó temprano, como todos los sábados. Era uno de los únicos días que tenían últimamente para juntarse, charlar y sobretodo salir.
Paula le contó todo de la noche anterior, con pocos detalles, y después de muchas risas su amiga le dijo:
—No te la puedo creer que se quedó dormido!
—Si, la verdad yo también me dormí…habíamos tomado bastante.
—Uff…con esto le arruino la reputación al inglesito — rió —. Mis compañeras lo tienen como EL sex symbol.
Paula sabía que él había estado con casi todas las modelos que ella conocía, y las que no conocía, también. Pero el comentario le cayó mal. Flor se dio cuenta y sacudió la cabeza.
—No no no, Pau. Vos ya sabés como es con uno de estos. Nada de celos, nada de encariñarse. Acá, las cosas son bien distintas.
—Ya sé como son las cosas. Y sabes que yo todavía estoy enganchada con David. Así que Pedro, por mucho que me guste…es…para divertirme y nada más.
—El clavo que saca…?
—Exactamente.
Flor asintió conforme con la respuesta de su amiga, pero por dentro, estaba segura de que no le estaba siendo sincera.
Se preocupaba, pero también quería que ella viviera esto.
Que se sacara a David de la cabeza, que la pasara bien, bah.
A las 12 de la noche estaban todas en la casa de Flor, tomando algo y terminando de prepararse.
A la hora de irse, se dividieron en dos remis, para llegar.
Trató de no prestarle atención al hecho de que una de las amigas de Flor, sabía perfectamente donde quedaba la casa del modelito. Trató. Pero no tuvo mucho éxito. Estuvo callada todo el camino hasta que llegaron.
Y ahí estaban. En el edificio, que ahora que lo veía bien, eran varias torres de ladrillo visto. Con el portero vestido con uniforme, que les abrió la puerta cuando le dijeron el nombre de Pedro.
El ascensor fue hasta el último piso.
Le pareció raro estar ahí otra vez. No era para nada como lo recordaba. Estaba lleno de gente bailando y festejando en cada rincón. Se notaba que todo el departamento estaba ambientado para esa fiesta.
No es que ella se imaginara que iba a ser una reunión íntima, pero esto era ridículo. Había mozos, gente del catering, un DJ en un rincón de la sala. Al frente había una barra en donde había no uno, si no 3 personas trabajando.
Todos vestidos de negro. En la terraza se veía que tocaba una banda en vivo
De todas las fiestas a las que había ido en Bs As, esta era la más concurrida.
Reconoció a mucha gente que solía encontrarse en estos eventos, a Chelo, otros productores, incluso su jefe estaba ahí.
Se dijo que esta, además de una fiesta, era un lugar increíble para cualquiera que quisiera tener algún contacto de trabajo. Sus amigas modelos, estaban como locas con esto. No sabían a quien saludar primero. Era casi gracioso verlo.
Una vez más, se dijo que no pertenecía a este mundo, y nunca lo haría.
Para su alegría, Coty y Marcos acababan de llegar.
Los saludó y se alegró de que iba a tener con quien estar mientras todas sus amigas hacían sociales.
Coty se había sumado a las otras modelos, que se paseaban entre conocidos, y Marcos, era otro que como ella, se había quedado aislado en una esquina. Aunque Paula a cada rato buscaba con la mirada para ver si encontraba a Pedro.
Enseguida se pusieron a hablar de la noche anterior.
—Así que te fuiste con Nico anoche, rubia. —rió —Me parece muy bien. Ya era hora, te voy a decir…
Pero lo frenó ahí, mirándolo confundida.
—Nico? Quién es Nico?
—Nico es el pibe amigo de Flor y Coty que mandé anoche a que te sacara a bailar para salvarte de tu jefe…
—Pero no fue el que me salvó.
—No entiendo nada.
—Yo tampoco. Cuando estaba con mi jefe, el que me sacó a bailar, diciendo que era mi novio, fue Pedro.
—Pedro?
—El modelito, Ken.
Marcos abrió los ojos como platos sin entender, tan confundido como ella. Y después sonrió.
—Nico me dijo que él anoche había ido a la fiesta con dos amigos modelos ingleses.
—Y entonces como terminé bailando con él y no con Nico?
—Es obvio rubia, tu modelito le pidió a Nico bailar con vos.
—O Nico le pidió a él, para no tener que bailar conmigo.
Marcos la miró enojado.
—Por que tenés que pensar así? Te digo de verdad, y Coty se va a terminar enojando de todas las veces que te lo digo. Vos sos más linda que estas flacas. No hay forma de que pienses así.
—Bueno gracias. Pero igual, es porque me parece rarísimo. A vos no? Cuantas veces nos lo cruzamos, y nunca nada?
—Por ahí nunca tuvo la oportunidad para acercarse más.
Se tuvo que reír.
—Esos pibes no necesitan una oportunidad. Además no te olvides de esa vez que me llevo a su casa, y nada…
Para eso Marcos no tuvo nada que decir. Ella sabía que le parecía raro y no lo podían explicar.
Después de un rato, Paula, le había contado todo lo que había pasado la noche anterior. Y lo que no había pasado. A lo que él también se rió y tuvo un par de chistes, que tuvo que decir.
Paula se sentía confundida. Tenía ganas de preguntarle al modelito a que estaba jugando.
Pero no lo veía por ninguna parte.
Marcos le propuso ir a bailar un rato, así la distraía.
Como siempre hacían, se pusieron a bailar como si nada mas existiera. Marcos la conocía, conocía como se movía su cuerpo. No se sentía tímida con él. No le costaba ponerse de acuerdo para bailar. La música, era una electrónica que nunca había escuchado antes. Seguramente se escuchaba mas en Inglaterra. Era un ritmo duro, rápido y casi dubstep.
Le gustaba.
Era bailar y olvidarse de lo incómoda que podía estar en algunas situaciones.
Entonces Marcos, la giró y vio algo que no le gustó para nada. Coty los estaba mirando, y fruncía levemente el seño mientras seguía hablando con otras personas. Paula le buscó los ojos, para saber si estaba todo bien, pero ella la evitó.
Miró para otro lado.
Marcos, estaba demasiado enganchado con la canción que sonaba, que ni siquiera la había visto.
Paula se dio vuelta y lo miró. El la miraba y le sonreía.
—Ey, me parece que a Coty no le esta gustando mucho que bailes conmigo.
—Por? — preguntó todavía distraído.
Se la señaló y le contó lo que había visto. Marcos le decía que nada que ver, que se lo había imaginado. Coty sabía que entre ellos había amistad y nada mas. La tranquilizó.
Cuando se volvió a dar vuelta, vió que alguien más los estaba mirando bailar. Pedro, que ahora había encontrado sus ojos, la miraba.
El, estaba bailando con una modelo con la que ya lo había visto una vez. La misma que se lo había comido a besos esa noche de fiesta en donde Paula confirmó que el modelito no era gay.
Pero a diferencia de Coty, él no los miraba mal. Todo lo contrario. Pedro, parecía estar disfrutando de lo que veía. Le guiñó un ojo y la saludó con la mano.
Paula hizo lo mismo.
Después de la noche anterior, y de esta mañana, le pareció algo frío, pero lo dejó pasar.
Estaba mas molesta por que estuviera bailando con esa chica, y empezaba a ver todo rojo.
Su humor había cambiado, y ya no bailaba como venia haciéndolo. Tenía ganas de sacarse uno de los zapatos con plataformas que se había puesto y revoleárselo a la parejita que bailaba como si se conocieran tan bien.
Amargamente pensó que a lo mejor ella misma había provocado esa sensación a Coty, su amiga. Y entonces se separó un poco de Marcos y se fue a buscar algo para tomar.
****
Con un trago en la mano, Paula se dijo que el aire fresco de la noche le levantaría el ánimo. Era ridículo estar…celosa?
Miró a donde todos bailaban, y vio a Marcos y a Coty hablando en donde habían estado charlando ellos antes. Se notaba que estaban discutiendo. Se sintió horrible. Para sus adentros pensó que ya no iba a poder bailar más con su amigo, y probablemente tampoco podría hablar tanto con él, ni verlo tanto… eso la puso triste.
Tal vez si ella misma hablaba con Coty…
Podría ser peor para Marcos.
No, no se tenía que meter.
Se apoyó en una de las barandas más alejadas de la multitud a mirar la hermosa vista que tenía desde allí. El puerto, los barcos, yates, los locales nocturnos. La ciudad brillaba de todos colores.
—Te estaba buscando, blondie.
Pedro. Se había acercado y estaba apoyado también en la baranda a su lado. Paula lo miró y miró por encima de su hombro como buscando a la modelo que lo acompañaba hasta hacía hace un rato. No estaba.
—Me hacía un poco de calor.
Pedro asintió y volvió su vista hacia delante.
Sin poder aguantar mas le preguntó.
—Y tu amiga, donde está?
—Que amiga? Rebeca?
Paula dejó de mirarlo y se encogió de hombros como quitándole importancia.
—Se fue con unas amigas a un boliche, en donde tienen un desfile presentación de un vino espumante…o algo así.
Le contó, como si de verdad a Pau le importara a donde se había ido.
—Y tu amigo? — pregunto Pedro a su vez, haciendo énfasis en la palabra amigo.
Paula lo miró, como queriendo adivinar si esa pregunta era alguna forma de burla o tomada de pelo por la pregunta que había hecho ella. Pero no vió nada más que curiosidad en los ojos del modelito.
—Mi amigo está con la chica con la que sale, adentro.
—La rubia que te quería matar cuando bailabas con su chico?
Aunque Pedro se lo preguntaba en tono divertido a Paula no le hizo mucha gracia. Después de todo, era verdad que Coty se sentía mal, y era cierto que ahora mismo se estaban peleando por ella.
Bajó la mirada un segundo y le contestó.
—Ella también es mi amiga.
—Y es muy celosa. No?
—Parece que si. — dijo Paula. Dándose cuenta de que estaba contestando muy secamente. Pero el tema la ponía de mal humor.
—Ese es el tema, los celos, arruinan todo siempre. Uno no puede pretender ser dueño de otra persona.
Paula, pensaba en lo que le estaba diciendo. Y se sonrojó pensando que minutos antes, a ella la carcomían celos de la modelito que estaba con él. Se sintió estúpida, inmadura, ridícula.
—Supongo que hay gente mas posesiva que otra, es verdad. — dijo ella.
—Y ahí se equivocan. Te puede sonar lo mas trillado del mundo, pero es mejor pasarla bien, y no estar atado a cosas que tarde o temprano no llevan a nada.
—No llevan a nada? — Paula no pensaba así. Ella pensaba que con la persona indicada, valía la pena el compromiso.
—Bueno, no siempre. Y tampoco creo que sea así para todo el mundo. — y la miró.
Era claro que él estaba testeando el agua con Pau. Quería saber si ella era una de esas personas posesivas, que celaba.
Pero ella, en vez de contestarle, le agarró la mano, con confianza y lo arrastró adentro a bailar.
Ella no quería pensar en nada. Quería ver si también podía ser parte de esa filosofía. Ver si era capaz de divertirse y nada más. Se dijo a si misma que si podía.
Con las ideas más claras que nunca. Después de todo él le había dicho con todas las palabras que hacían falta, que es lo que quería. Y era divertirse.
Ella también podía hacer eso.
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Ella bailaba como todos los demás de la sala, con las manos para arriba, siguiendo la canción.
Pedro ahora mas decidido que nunca, le tomó la cintura con una mano, y con la otra, le agarró la nuca para darle un beso.
Ya no les importaba quien estaba mirando. Cada vez que se besaban, volaban chispas.
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Pedro se acercó a su oído y le dijo.
—Esta vez no tomé nada, eh?
Paula no podía hacer otra cosa que reírse, mientras lo miraba, y le contagiaba la risa a él.
También pensó que era raro que él no hubiera tomado nada en toda la noche, en su propia fiesta, pero debía ser verdad.
Se daba cuenta cuando lo besaba. Le dió ternura pensar que no había tomado nada para no volver a quedarse dormido y decepcionarla.
Paula le tomó una mano y entrelazó los dedos con los de él.
Era una invitación y él la entendió perfectamente.
Se abrieron paso hacia su habitación. La habitación blanca en la que ella ya había estado.
Pedro cerró la puerta con llave y la miró.
Ahí estaban de nuevo los dos.
Sin decirle nada, él le paso las manos por el pelo, mientras la acercaba a él.
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