domingo, 8 de noviembre de 2015

CAPITULO 12




Ahora sonaba una de esas típicas canciones de electrónica. 


Ella, solo podía percatarse de cómo todo parecía moverse en cámara lenta por las luces. Tenía mucho calor, las manos de Pedro paseaban por su espalda. Tenía las manos calientes también.


Suponía un gran esfuerzo ver algo en esa oscuridad y con esa multitud de gente a su alrededor. Le pareció ver a Flor a lo lejos, que le hacía algún gesto, sin entender porque estaba con el modelo, le pareció.


Ella cerró los ojos, porque le costaba pensar y las luces la mareaban.


Pedro, que a veces mientras bailaba, se tambaleaba y casi los hacía perder el equilibrio, se reía en su oído. Esto la hacia reír.


Cuando entreabrió los ojos, notó como Pedro le decía algo, pero no podía escucharlo. Entonces acercó su cabeza para preguntarle al oído.


El, al ver que ella acercaba la cabeza, se le adelantó y tomándola por los costados de la cara la besó.


Paula abrió los ojos y vio como Pedro la agarraba y la besaba. 


Estaba demasiado borracha, y no le importaba nada. Cerró los ojos y se apretó más a él.


Pedro, apenas caminando derecho, la agarró de la mano y empujando a todos los que estaban en su camino, la dirigió a una de las habitaciones.


Paula pensó que era así como había conocido a Marcos, y sonrió.


Pero ahora estaba yendo con Ken. Y él la había besado. La sangre se le subía a la cabeza y su corazón se le agolpaba en la garganta.


Al llegar al cuarto, Pedro trabó la puerta y abrazándola volvió a buscar sus labios.


Ella sin poder pensar en lo que hacía, lo agarraba por el cuello, enredaba sus dedos en su pelo. Un pelo suave y cuidado. Más cuidado que el de ella. Esto la hacia reír.


Pedro también se reía. Y entre tanto beso y risas no paraban de tropezarse y chocarse entre ellos.


De un tirón Pedro agarró la remera de Pau por el dobladillo y la hizo volar por la habitación. Esto los hizo estallar en carcajadas.



****

El, estaba confundido por el alcohol, pero no podía parar de besar a esta chica que se reía por todo.


No podía evitar contagiarse y reía, reía sin preocuparse por poses ni apariencias. Le daba lo mismo porque se sentía cómodo, como pocas veces. Como nunca.


De fondo llegaba la música que se escuchaba en la sala.



****


Ella, imitando lo que él había hecho antes, quiso sacarle la camisa por debajo. Pero obviamente no pudo porque tenía botones.


Tras hacer un puchero, miró de cerca los botones y de un certero tirón, le desprendió la camisa haciendo volar los botones. Tentados de la risa los dos, se seguían comiendo a besos.



****


El, la tiró en la cama y le seguía dando besos por el cuello, la mandíbula, el pecho. Ella era suave, y olía muy bien.



****


El, besaba tan bien. Y entre tanta risita, le hacia sentir cosquillas por todo el cuerpo.


Pedro se sacó el pantalón, los zapatos y buscó de nuevo su boca, mientras le sacaba el pantalón a ella.


Quería ponerse encima, pero se caía para un costado mareándose, y perdiendo el equilibrio. Era molesto y frustrante. Así que se rindió y se puso de costado a ella, mientras la seguía besando.


A Paula, le encantó sentirse en los brazos del modelito. Sus besos le hacían reaccionar hasta el mas mínimo nervio del cuerpo.


Pero al estar acostada, enseguida hizo que le entrara sueñito. Los dos hacían un esfuerzo por no caerse, y entre tanta risa, estaban agotados.


Cerrando los ojos, como venían haciendo, se abrazaron. 


Ella, apoyó la cabeza en el pecho de Pedro y de a poco los dos se quedaron dormidos.


Como si se hubiera apagado la tele, los dos quedaron total y profundamente dormidos.


El sol empezó a entrar por la ventana y les hizo achinar los ojos. El dolor de cabeza que tenían era comparable a un martillo hidráulico en las sienes.


Paula miró su celular, eran las 8 de la mañana. Se habían quedado dormidos.


La fiesta afuera seguía como si fueran las 2. De a poco se dio vuelta y vio que Pedro estaba tratando de abrir los ojos, pero le costaba horrores.


—Auu — decía.


Paula lo miró y no pudo contener la risa. Pero, que les había pasado? Se habían quedado dormidos como si les hubieran dado golpes hasta dejarlos inconscientes. Su cabeza le daba vueltas, y le dolía.


Pero aun así le parecía tristísima la situación. Cuando se empezaron a besar, parecía que se iban a comer el uno al otro. Y lo único que habían hecho era dormir abrazados.



****


El, que había logrado entreabrir un ojo, la miraba con curiosidad. Ella se peinaba con los dedos, poniéndose el pelo detrás de las orejas. Estaba hermosa con el maquillaje corrido y con esa sonrisa que no se le borraba, ni con la resaca que debía tener. Nunca había visto a alguien tan…natural.


La mayoría de las chicas con las que estaba, por no decir todas, estaban siempre tan preocupadas por su apariencia…estaba casi seguro que nunca las había visto sin maquillaje.



****


Paula, lo miraba y tuvo que romper el silencio. El la miraba como si fuera de otro planeta. Pobre chico, capaz no se acordaba de lo sucedido la noche anterior, y pensaba que había terminado haciendo quien sabe que, con esta chica que ahora estaba a su lado, con pelos de loca y sin poder parar de reírse.


—Hola — le dijo moviendo una mano.


—Hola — le contestó como pudo, con la voz muy ronca.


Pobre modelito, Pau rió e hizo un gesto de uhh con la boca, al escuchar la voz que tenía. Habían tomado mucho anoche.


—Y me siento igual que como sueno — dijo tapándose la cara.


—Querés que te traiga un café? Una aspirina?


—No no, gracias. Te invito a desayunar, blondie.


—Esta bien, no tenés que…no hicimos…yo estoy bien. Además te sentís mal y no…


De repente estaba nerviosa. No sabía como decirle que no había pasado nada esa noche. Y que no tenía ninguna obligación de invitarla, que era lo que seguro hacía con todas las chicas con las que estaba. No sabía como era el procedimiento en estos casos. Era nuevo para ella. Solo dos veces había pasado la noche con alguien que no fuera su novio. Una, con Marcos, y no habían dormido juntos si quiera. Y otra, con él. Pero ella se había ido casi corriendo del lugar. Pero también era diferente, porque ni un beso se habían dado.


Pedro se rió, aun tapado por su mano. Y suspiró mientras trataba de sentarse la abrazó por la cintura.


—Blondie, uno, se que no hicimos nada. Nos quedamos dormidos, estábamos…mal. — se volvieron a reír.
—Dos, perdón. Estaba mareado y me dormí. Perdón. — esta vez fue ella la que sonrió. El sonrió pero mirándola un poco avergonzado.
—Tres, te quiero invitar. Cuatro, me va a hacer bien comer algo.


Tuvo que creerle eso último. Le estaba costando mirar la ventana, se seguía apretando con el pulgar y el índice entre los ojos.


Asintió y sonrió. Tenerlo tan cerca, en esa situación, después de haber dormido con el por segunda vez, le nublaba la razón. Lo tenía tan cerca. Si él se hubiera sentido mejor, lo hubiera besado. Aunque no estaba segura de que eso a él le hubiera gustado.


Se estaban vistiendo, cuando Pedro poniéndose la camisa se la quiso cerrar y no pudo.


Cuando se fijó no le quedaba un botón en su lugar a la camisa. La miró confundido levantando una ceja.


—Bueno, eso era algo que no me imaginaba de vos, blondie.
Su comentario los hizo reír.


—Chelo tiene que tener ropa en esta habitación, busquemos algo y después le devolvés.


Encontraron unas remeras, en seguida se puso una de color gris.


Hacía que sus ojos parecieran de color azul oscuro.


Solamente con mirarlo se le secaba la boca. Todavía tenía los labios hinchados por los besos de ayer. 


Inconscientemente se paso un dedo por la boca. Quería que la besara.



****


El también la miraba. Miraba primero sus ojos, y después a los labios. Estaría pensando lo mismo?


Se obligó a recordar con quien estaba. El modelito que cada noche tenía una nueva chica. Ella era una más. No tenía que hacerse ilusiones. De todas formas, ella ahora solamente quería divertirse. Y él quería lo mismo. No?


Se sintió confundida y ofuscada, se acordó de la charla que había tenido con Marcos. Cuando sufría por David, y después le había confesado que le gustaba Pedro. El le había dicho que salía de un pirata, para estar con uno peor. Si hasta su amiga Flor, que conocía gente como él, se lo había dicho.


Así que miró para otro lado, terminándose de cambiar y se dispuso a salir de la habitación para no darle mas vueltas al asunto. Se tenía que relajar.


Cuando estaban a punto de destrabar la puerta, Pedro se acercó a ella, y tomándola de la cintura, acercó su boca a la de ella y la besó. Un beso tierno y lento.


Paula, que se había quedado quieta por la sorpresa, levantó las manos y pasó los brazos por el cuello de él, acercándolo y disfrutando de esa boca que había estado admirando antes.


El beso fue cambiando y se volvió mas profundo. Sus respiraciones mas rápidas. Como si quisieran más. Que de hecho, querían.


Pedro le pasaba las manos por debajo de la remera en la espalda, y buscaba a tientas, desprenderle el corpiño.


Pero no sabía por que, Paula lo frenó. Se separó de a poco de él.


—Creo que nos haría bien desayunar.


—Si. Es verdad.



****


Aunque él estaba de acuerdo, estaba confundido. Tampoco estaba acostumbrado a que lo rechazaran. Seguramente, pensó, ella se sentía mal, o tenía resaca. No se lo iba a tomar como algo personal. Después de todo, él había sentido como ella respondía a sus besos y a sus caricias.



****


Salieron del departamento sin saludar a nadie, Paula notó de todas formas, que sus amigas ya no estaban. Caminaron dos cuadras y eligieron sentarse en un bar chiquito que quedaba cerca para desayunar.


La charla era tranquila, de cosas triviales, como la noche anterior. Ningúno hizo mención a lo que casi pasa entre ellos, ni sobre el hecho de que habían pasado la noche juntos, otra vez. Era como el gran elefante en la sala. No hablaban de ello, pero estaba ahí.


—Yo te conté anoche porque vine a vivir a Bs As, ahora estaría bueno, que me cuentes vos porque estás acá.


—Para estudiar fotografía.


—Y para eso te mudaste a otra provincia…?


Pedro le preguntó eso ladeando la cabeza hacia un costado.


 No era suficiente explicación.


—Y porque necesitaba distancia de muchas cosas que me pasaron…de mucha gente…


—Un novio. — dijo él, y no era una pregunta.


—Si. Un ex novio. — le contestó, y sin saber por que, desvió la mirada.


Se hizo un silencio incómodo que se interrumpió con el celular de Paula que empezó a sonar.


Era Marcos.


—Hola morocho.


—Hola rubia. Cómo estás? Cómo te fue anoche con el pesado de tu jefe?


—Bien, gracias. Después te cuento bien. — le contestó incomoda porque Pedro la miraba.


—No podés hablar? No me digas que te fuiste con el pibe que…—empezó a decir su amigo, pero ella lo cortó antes de que Pedro escuchara.


—Después hablamos, besito. — del otro lado se escucharon unas risotadas antes de cortar.


Paula sonrió, como si nada y se llevó la taza de café a la boca, para disimular lo colorada que se había puesto. Ya sabía lo que le esperaba más tarde cuando viera a su amigo.


Pedro hizo lo mismo, y se quedaron los dos con la mirada perdida y de nuevo en silencio hasta que él habló.


—Y seguís en contacto con él? Las cosas quedaron bien?


Las preguntas la confundieron, porque ya se había olvidado que habían estado hablando de David.


Casi estuvo a punto de preguntar ¿Con quién?


—Ehm… si. En realidad no habían quedado bien. Pero hace unos días viajé a Córdoba, lo vi…y… —pero Pedro no la dejó terminar de hablar.


Como si nada le cambió de tema.


—Y te gusta la facu?


—Si, es hermosa. Y además me tocaron profesores que son, los mejores. Yo había leído de ellos, o había visto sus trabajos en revistas, o en muestras, y ahora aprender de ellos es…



****


Pedro la miraba y la escuchaba prestándole mucha atención. Realmente se notaba que le apasionaba de verdad la fotografía. No pudo evitar preguntarse, si era así de apasionada para todo…


Ella hablaba, y sin darse cuenta se mordía los labios, hacía gestos con las manos, abría los ojos como una niña pequeña. Era muy graciosa.


El tenía por costumbre conocer a una chica, hasta el nombre, con suerte. Y ahora estaba charlando con ella de temas íntimos, y no había pasado nada entre ellos.


El tenía ganas de que eso cambiara. De hecho, estaba decidido a cambiarlo. Desde que ella esa mañana le había dicho que no, se había tornado un desafío. Se sentía atraído.


Ya la había visto muchas veces, en eventos, por la calle, y siempre le gustaba como ella se movía, como bailaba.


Se daba cuenta también de que no era como las modelitos como las que el salía. Era igual o mas hermosa que ellas, pero era otro tipo de chica. Era interesante. El tipo de chica que tiene novios, no… cosas de una noche. Que era lo que él hacía.


Por eso es que no se le había acercado nunca.


Hasta que la empezó a observar, con un chico distinto en cada fiesta. Eso le hizo pensar que tal vez, la había prejuzgado.


Y anoche se había divertido como hacía mucho que no se divertía.


Pensó que, siguiendo sus reglas, después de estar con ella, ya no volvería a salir con ella. Torció el gesto. Bueno, capaz podía ser algo de varias noches.



****


Paula hablaba, y le contaba todas las cosas que había hecho hasta ahora en el campo de la fotografía, en Bs As, y en Córdoba. Le contó de su escuela, él le preguntaba de todo y la dejaba hablar todo a ella mientras él la miraba sin acotar nada.


Cuando terminaron de desayunar se levantaron y se fueron caminando aprovechando que el día estaba fresquito y el sol ya brillaba.


—Esta noche hago una fiesta en mi casa. Uno de mis amigos se vuelve a Londres y le hacemos la despedida. Estaría bueno que vengan. — le dijo.


A Paula, le sorprendió la invitación, sobretodo la manera en la que el había dicho “vengan“, refiriéndose no solo a ella, si no a sus amigas también.


—Dale, Flor va seguro. Y con las chicas tengo que hablar. Marcos, si le digo, va también.


—Marcos es el chico que sale con Coty?


—Si, ese.


Silencio.


—Cuando te conocí, pensé que era tu novio.


—Si, me lo dicen mucho. No, es mi amigo nada más.


Y siguieron caminando, hasta que llegaron al departamento de Paula.


—Te veo esta noche. — le dijo Pedro


—Dale, nos vemos.


Y cuando Paula se acercó para darle un beso en la mejilla para despedirse, Pedro la tomó del rostro y le besó los labios.


Un beso fuerte y rápido que la dejó acalorada.


Pedro, sabiendo perfectamente lo que hacía, y lo que le hacía a ella, levantó una ceja, sonrió y se fue.






2 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyyyy, qué lindos los 3 caps!!!! Amo esta historia.

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  2. Muy buenos capítulos! Por fin conoce su nombre y están cada vez más cerca!

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