viernes, 6 de noviembre de 2015

CAPITULO 5





Como dijo Flor, en menos de media hora estaban en el departamento del productor, que era igual o más impresionante que en el que habían estado ayer.


Había un DJ, esta vez en medio de la sala, y pudo reconocer a algunas personas de la noche anterior.


Todos bailaban y tomaban como si mañana no fuera lunes.


Bueno, pero le daba igual, estaba todavía de vacaciones, y un domingo no era diferente a un viernes o un sábado a la noche. Así que era el momento de divertirse.


Apenas entraron Flor la arrastró a saludar a medio mundo.


Después de esa actividad tan agotadora salieron a un patio que tenía el departamento. Un espacio abierto con una pileta al fondo y una galería que funcionaba, se imaginaba ella como quincho porque había un asador, mesas y luces de todo tipo.


El grupo que estaba ahí afuera, estaba más tranquilo. 


Pudieron sentarse a charlar.


Al rato llegó Mica, una de sus amigas modelos, que lo primero que hizo fue preguntarle a Pau por Marcos y que había pasado anoche, con demasiado lujo de detalles en las preguntas.


Cuando terminó de contar la historia por tercera vez, sintió que la miraban. Recorrió con los ojos el patio hasta que los encontró. Dos de los modelos de la noche anterior. El morocho altísimo y el de pelo castaño que había bailado con ella.


Repitiendo lo que había hecho anoche, cuando se sintió intimidada por los ojos azules del de pelo castaño, sonrió y miró rápido para otro lado.


Los dos estaban hablando solos en un rincón. Parecían concentrados y cada tanto se reían o empujaban.


Esos dos la estaban pasando muy bien ahí solos, pensó y se rió. La miraban y se decían algo.


Seguramente tenía que ver con Marcos y de cómo había preferido quedarse con esta flacuchita que no era modelo, ni siquiera bonita, que con él. Que era uno de los chicos más lindos de este planeta.


No se acercaron a saludar, ni a charlar con ellas, solamente se quedaron ahí a lo lejos, charlando entre ellos.


Pero tampoco se besaban ni abrazaban. Si no hubieran estado aislados los dos solos, hablando tan cerca, en una fiesta plagada de modelos bellísimas, nadie hubiera creído que esos dos eran gays.


Aunque si lo pensábamos mejor, estaban demasiado bien vestidos. Los dos de chupines oscuros y camisas con cardigans como se usaban en Europa, y zapatos tipo sleapers. Y como les brillaba el pelo.


El morocho tenía el pelo ondulado, rapado en los costados. 


El castaño tenía el pelo más bien corto, despeinado, pero con mucha onda. Notó, ahora que lo miraba mejor, que tenía un tatuaje en el cuello.


Era una estrella negra. Bastante femenino, pensó.


Se fueron a bailar, porque la música cada vez se ponía mejor.


Pau se estaba divirtiendo, eran momentos como estos que le hacían pensar que no era imposible olvidarse de todo lo que había dejado atrás.


Sus amigas modelos eran muy sexys, y bailaban moviendo sus delgados y delicados cuerpos como en un video clip. 


Pero ella en ese aspecto no tenía nada que envidiar, bailar se le daba fácil. Era el único momento en el que se sentía sexy.


El único. Porque si lo pensaba, ni estando en la cama con David se sentía así.


Así que disfrutó el momento, se dejó llevar y bailó y bailó.


Se les acercaron otras chicas con tragos y se fue soltando cada vez más.


Vió y todas estaban bailando con los ojos cerrados. No se veía nada salvo lo que iluminaba la luz parpadeante del costado. Mirando la escena con esa luz, parecían fotografías. Le hubiera encantado tener su cámara con ella.


Parecía todo irreal. Como si lo estuviera viendo desde afuera de su cuerpo.


Sintió como la agarraban de la cintura, pero no se dio vuelta, siguió bailando.


Todos bailaban con todos. La mano que tenía en su cintura se movía, la sostenía y por momentos le parecía que la acariciaba despacio. La acercaba a su cuerpo y bailaba con ella.


Cuando miró quien era, casi no se sorprendió a ver al modelo castaño. Ya había bailado así con ella, y con Marcos.


Esta vez no estaba Marcos, y el aun asi, bailaba con ella. 


Como la noche anterior, no hablaron, solamente bailaron.


Se apagaron todas las luces, y quedó el departamento en total oscuridad.


Al principio eso la inquietó, pero después se dio cuenta de que sentía todo con más intensidad, porque no podía verlo.


La música le sonaba por toda la piel. Podía sentir los otros cuerpos bailando cerca, el calor del pecho del modelo que bailaba con ella. Sus manos en su cuerpo. Y cerró los ojos. 


No tenía sentido tenerlos abiertos, de todas formas no veía nada. Tomando valor, y sintiéndose refugiada por la falta de
luz, levantó una mano y agarró al modelo por el cuello mientras este seguía bailando a sus espaldas.


Este se dejó agarrar, y movió su cara para rosarle con la nariz la oreja.


Pau sintió la respiración tibia del chico mientras bailaba, y sintió una oleada de placer y calor.


Porque tenían que ser gays los chicos más lindos y sexys?
Interrumpiendo el hilo de sus pensamientos, el modelo la dio vuelta y se enfrentó a ella para bailar más cerca.


Ahora le bajó las manos y la sujetó por las caderas, Pau estaba sintiendo cosas muy fuertes, que se intensificaban por la oscuridad. El chico podía bailar. Lo hacía muy bien.


Otro indicio de que era súper gay.


Siguieron bailando dos o tres canciones más, en la oscuridad y entre el calor de todos los otros bailarines del lugar.


Pero entonces y como rompiendo el encanto del momento, Flor la agarró de la mano y le dijo al oído tirando de ella.


—Pau, tenemos que irnos. Hay un tipo que no quiero que me vea. Es un productor, porfa.


—Ok ya vamos. — abrió los ojos, y mientras miraba al modelo con la poca luz que se filtraba del patio le dio a entender que se iba.


Para su sorpresa, este la agarro de la mano y la acerco para decirle algo al oído.


—Bye blondie. You can dance


Paula lo miró, y se dio cuenta de que él no era argentino. 


Muy probablemente era un modelo de intercambio. Con acento inglés. Volvió a sentir la oleada de calor por todo el cuerpo.


—Bye. See you.—fue lo único que se le ocurrió decir


Siguió a su amiga hasta afuera donde tuvo que entrecerrar los ojos porque la calle estaba muy iluminada y tenía que volver a acostumbrarse a la luz. Pensó que mejor no le decía nada a Flor de su momento con el modelito. Se le reiría por sentir esas cosas por él, que seguro tenía novio.


Esta noche, iba a necesitar una ducha fría para dormirse. 


Todavía sentía la boca del modelo en su oído hablándole en inglés con ese acento tan sexy.



****



Esa semana se pasó rapidísimo. Con Flor ocupada con 3 campañas, no tenía tiempo para juntarse con ella. Y con Marcos concentrando, le daba tiempo nada más de escribirse a la noche con ella antes de dormir. Habían hecho de esto una rutina, y a Pau le gustaba. El día del partido, charlaron poco, pero por lo que ella vió después en la tele, les había ido bien. El había hecho un gol y todo.


Quedaron en juntarse ese viernes para festejarlo.


Se conectaba después para charlar con su hermano y que este le contara las novedades de casa.


Pero no había muchas novedades.


Todo era muy aburrido y lento en las vacaciones. Eso le hizo pensar en que irse antes de ahí fue una buena idea.


Se hubiera vuelto loca a los dos días.


Por suerte estaba lejos.


Pero entonces, el jueves a las 11 de la noche, le llego un mensaje. Miro la pantalla esperando ver el nombre de Marcos. 


Aunque era tarde para él, quien mas le podía escribir?


Y lo vió.


La pantalla decía “DAVID”


Le había mandado un mensaje. El corazón se le subió a la boca.


Ya le temblaban las manos. Qué onda? Que querría?


Lo pensó en frío. Era jueves, a la noche, y él no sabia que se había ido de Córdoba.


Agarro el celular y desbloqueo la pantalla. Entro al mensaje y era corto.


“Que andas haciendo bonita? Nos juntemos a charlar. Besitos.”


Bonita. Era como le había dicho cuando empezaron a salir. 


Durante la relación ella era gorda, gordita, bb, amor, mi vida, en todo caso.


Ahora quería verla? Y todas las veces que ella había querido verlo a el?


Sin pensar le contestó.


“Pensé que no me querías ver.”


A los pocos segundos, tenía una respuesta. Mierda. No le tendría que haber escrito —pensó.


“Gorda, necesitaba tiempo. Sabes que te extraño”


Ja! Tiempo. Habían pasado meses. Casi 3 sin hablarle. Ella se había hartado de escribirle. El la ignoró sin importarle que estaba sufriendo muchísimo.


Se acordó de lo que había sido todo ese tiempo sin él. Se acordó de como le había dolido.


No le iba a contestar. El le había hecho algo muy feo, y le molestaba que pensara así de ella. Que un buen día se iba a aburrir, y le iba a hablar, y ella iba a volver arrodillada a su lado. Que había hecho ella en el pasado para que él pensara eso?


Pero no. Ella había cambiado. O estaba tratando. Y no iba a repetir sus errores.


Ahora necesitaba tiempo. Para pensar si se acercaba de nuevo a él, si quería seguirle el juego. Ya vería ella que hacía. No se iba a dejar esta vez. El sabía lo que le costaba a ella decirle que no.


Como empezaba a llenarse de bronca, puso el celular en silencio y agarró su cámara.


Salió a Puerto Madero a sacar fotos por todos lados.


El paisaje nocturno era tan distinto al de día. Las calles estaban llenas de gente, porque era jueves, y hacía mas de 25 grados. Familias de paseo, chicos mas jóvenes de fiesta, parejas de ancianos que salían a caminar.


Le encantaba lo que veía.


Estaba sacando fotos, cuando en un bar vió caras familiares.


El modelo castaño, esta vez acompañado por el tercer modelo, el rubio de la crestita. Estaban sentados en una mesa tomando unos tragos, y, para sorpresa de Pau, el modelo de la cresta tenía tomado del hombro al modelo castaño.


Toda la escena parecía muy íntima y tuvo que mirar para otro lado.


Ahora ya no le quedaban dudas.


Sacó dos o tres fotos más y se volvió a casa.


Al día siguiente se despertó mirando como titilaba la luz del celular. Luz verde, que significaba mensajes de texto.


Seguro David, le había vuelto a escribir anoche.


Se armó de valor y leyó.


“Tenés todo el derecho de estar enojada amor. Me re equivoqué, y me gustaría poder pedirte perdón”


Y otro:
“Dale gorda respondéme, me siento mal, te extraño mucho y me duele estar sin vos.”


Y otro:
“Te voy a esperar todo lo que te haga falta. Por lo menos contéstame como estas, no se nada de vos. Te amo.”


Bueno, si me amara tanto, me hubiera llamado. — pensó enojada. Pero no. En todos estos meses ni una sola llamada. 


Porque ella se tenía que sentir mal por que él ahora estaba un poco triste? (si es que eso era cierto). Después de todo lo que ella había pasado.


El lo que quería era su minita fácil y cómoda. A la que podía manejar a su gusto y que siempre le daba y hacía lo que él quería.


Y ella se sentía mal. No podía pensar que el estaba un poquito mal. Sentía urgencia por ir a abrazarlo. Era una boluda.


También tenía un mensaje de Marcos, de hacía un ratito:
“Rubia, te veo hoy?”


Y hoy era viernes, así que se iban a ver.


“Si nene, hoy tipo 9 si querés venite al depto, te paso la dire”


Y le pasó todos los datos para que se pudiera ubicar. Le pareció una buena idea, y se ofreció a traer bebida y postre.


Tenía un par de cosas que hacer todavía. Limpieza era una. 


Así que se puso a limpiar todo a fondo para tener tiempo de bañarse y prepararse para la noche.


Tenía que hablar con Marcos. No quería que la viera como una histérica, pero por las charlas que habían tenido hasta entonces le pareció que si un chico alguna vez le entendería esas actitudes, ese seria él.


Como a eso de las 6 de la tarde, Flor la fue a visitar y a invitar a una de sus fiestas llenas de modelos.


—Hoy no puedo, viene Marcos.


—Ah, entonces vas a ver si sentís cositas, flaqui? Me alegro, era hora.


—Jajajaja no no. Sigo sin sentir esas cositas. Viene a comer y a pasar el rato nada más.


—Mmm…para que lo invitas a tu casa entonces? Pobre pibe, va a venir con todas las ganas.


—Tenés razón. Y si le digo de comer afuera? Qué hago? Es re tarde para cambiarle así de planes.Encima como le explico por que no puede venir a casa


—Tranqui flaqui. Charlen bien. Si se pone denso me escribís y vengo al rescate. No voy a estar muy lejos.


—Hay fiesta por acá cerca?


—Siempre, Pau. Qué embole que no podés venir…un modelito es justo lo que te hace falta para sentir cositas. Y con ellos no te tenés que hacer drama por lastimar a nadie. Son de lo peor. Están con minitas que ni el nombre se saben y después como si no las conocieran. No se atan a nada.


En seguida pensó en el modelo de pelo castaño… y sin saber por que se le aceleró el pulso.


—Que amorosos.


—Ah no, eso no. Nunca busques un novio ahí. Cositas de una noche, eso si.


—Bueno, lo voy a tener en cuenta. Hoy necesito un amigo nada más.


—Dale. Cualquier cosa, al celu, eh? En dos segundos estoy acá.


—Gracias Florcita. Eu, no te conté…me escribió David


—Noooooo, en serio??? Que quería???


—Mirá lee los mensajes


—Y por que no llama? Que cagón


—Si, así es el.


—Uhf no Paula, bórralo. Ya pasó. Sacálo de los contactos, para evitar llamarlo o escribirle cuando estés borracha. Y borra los mensajes. No te hace bien leer estas cosas. Necesitas olvidarte del pibe.


—Si? Y si lo hago sufrir un tiempo y después…


—Es un asco. Si a vos no te pasara nada con él, bueno, si. Ahí si te entiendo que quieras tener contacto,…juntarse,…un poco de sexo y listo. Pero estas demasiado involucrada, y herida Paula.Todavía te duele. No se merece que le vuelvas a dar bola.


—Tenés razón.—le dijo, pero poco convencida. En el fondo ella no le iba a hacer caso a nadie.


Sabía que cuando se trataba de él, ella también era débil.


Flor se fue, ella se bañó, se cambió y se puso a cocinar. Iba a hacer unas pizzas caseras. Se dio cuenta de que no sabía mucho de Marcos. Comía pizza? Le gustaba? Agarro el celular dispuesta a escribirle un mensaje rápido cuando vio que tenía un mensaje.


Otra vez las letras que ella no quería ver.


DAVID.






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