viernes, 6 de noviembre de 2015

CAPITULO 4






Llegaron a un piso en zona norte abarrotado de personas, de modelos más precisamente. Reconocía un par de caras de revistas y la tele, pero la verdad es que la fama, nunca le había llamado la atención.


Había un DJ en la terraza y la música se escuchaba en todas partes. Se habían dispuesto varias barras con tragos de diferentes colores en vasos enormes, y originales.


Lo que también le llamó la atención era que había muchas parejas por todos lados. Se besaban de manera exagerada por todos los rincones del departamento, era muy gracioso.


Algunos estaban bailando afuera, donde había una gran pileta, rodeada de luces empotradas en el piso. Todo tenía un aspecto lujoso, aunque minimalista.


Apenas llegaron, sus amigos modelos, tenían que cumplir con sus deberes sociales, saludando a todos sus conocidos. 


Todos se estaban divirtiendo muchísimo, hablaban todos el mismo idioma.


Un idioma que se arrastraba de momentos gracias a que estaban todos muy borrachos…o bajo el efecto de otras sustancias.


Pau se sentía bien. Estaba todavía un poco alegre, pero no borracha. Decidió ir a tomar algo a una de las barras. Se dio cuenta de que Marcos, la seguía y la tenía agarrada de la mano.


Estaba ahí para divertirse, así que decidió no darle mas importancia de la que tenía.


Mientras caminaban pudo ver a unas modelos que lo miraban y comentaban con sonrisas coquetas.


Se le cruzó por la cabeza de que Marcos podía ser un reconocido jugador, de hecho hasta famoso, pero como ella no sabía nada de fútbol, y para ser totalmente sinceros, tampoco miraba mucha tele, ni consumía revistas de chimentos.


Se pidieron unos tragos, que ni más mínima idea que contenían, pero estaban riquísimos.


Se fueron a sentar afuera donde corría mas aire.


—Y bueno Pau, que te parece Buenos Aires?


—Me gusta. A veces no es muy distinto a lo que yo conocía de Córdoba. Pero estoy mucho mejor acá.


—Estabas mal allá? Por eso viniste?


—Si. Tuve un par de problemas con…gente…de ahí. Ya no tenía ni un motivo para quedarme.


—Mmm…si, se como se siente. Pero uno nunca se logra escapar de sus mambos. Te siguen a donde vayas.


Pau lo miro. Tenía tanta razón. A muchos kilómetros todavía la acosaban los mismos pensamientos, todavía sufría de la misma forma.


—Bueno, no escaparse. Pero es una buena forma de empezar de cero. Cambiar el escenario.


—Eso sí. Conocer gente nueva, además.


—Si, eso esta bueno.


—A mi me encanta conocer gente nueva. Pero nunca tengo tiempo para llegar a conocer bien a nadie. Tengo que entrenar mucho. Y muchas veces concentro y no puedo ni salir.


—Bueno, aprovecha ahora que pudiste. Vamos a bailar un poquito.


Y se fueron a donde la música sonaba mas fuerte, dejaron los tragos en un rincón y empezaron a bailar.


Sonaba reggaetón, y ella sabía como bailar eso.


Marcos estaba impresionado por como se movía Pau. Y entre gritos, por el volumen de la música le pregunto:
—Sos bailarina?


—No. —rió—Me gusta mucho bailar. A vos también no? — le preguntó al darse cuenta de que Marcos la seguía sin problemas.


—Si, me encanta.


Siguieron bailando cada vez más cómodos con el otro. 


Acercándose más y más, agarrándose más y más.


Marcos, le puso una mano en la cintura y con la otra le corría el pelo que se le volaba a la cara por el viento de la terraza.


Pau entonada por los tragos, y por lo bien que se sentía, lo agarro de la cara y lo empezó a besar.


Marcos, sonrió y la agarro con las dos manos por la cintura para acercarla más a él.


Después de unos minutos, ni siquiera estaban bailando. 


Solamente se estaban besando.


Besar a Marcos se sentía bien. El, era súper lindo, y sus besos eran dulces. Sentía su cuerpo pegado al de ella, cada vez más caliente.


Se separó apenas, rozándole con la boca la mandíbula hasta llegar al oído, y mientras le rozaba el lóbulo de la oreja le pregunto si quería ir adentro.


Pau sabía para que iban a ir adentro. Siguiendo con el espíritu de la noche se dijo: Y por qué no?


Asintió con la cabeza y entraron. Caminaron tomados de la mano por el departamento. Sus amigas estaban igual de entretenidas que ella, así que no se distrajo con eso.


Caminaron por un pasillo oscuro lleno de puertas. Se podía estar acá? La verdad no le importaba, no sabía ni de quien era este departamento de todas formas.


Marcos la llevó a una de las puertas, golpeó y al no escuchar respuesta, la abrió. Tiró de la mano de Pau y entraron a un cuarto.


Estaba oscuro, pero se dio cuenta de que en el medio de la habitación había una cama grande.


Marcos cerró la puerta y le puso traba, después agarro a Pau y le empezó a besar el cuello.


Pau cerraba los ojos. Marcos besaba muy bien.


Cuando estuvieron en la cama, él se acomodó encima de ella mientras la seguía besando.


Algo hizo click en la cabeza de Pau. Se empezó a arrepentir. No quería hacer esto. Marcos era divino, pero ella no podía, solamente no podía. Que horrible momento. ¿Qué le iba a decir?


Marcos dejo de besarla. Se había dado cuenta de que ella se estaba arrepintiendo.


El apoyo su frente en la de ella y empezó a negar con la cabeza.


—Marcos, no puedo. Disculpáme.


Marcos levanto la cabeza para mirarla y se rió.


—Te estaba por decir lo mismo, perdón.


Se acostó al lado de ella, con la respiración todavía un poco entrecortada.


—En realidad sí que puedo. Pero no debo. —se volvió a reír—Sos hermosa Pau, pero en dos días tengo un partido y no debería…


—Ahh… —en el fondo algo aliviada que no era por ella que él no podía.


—Si, perdón. Me re gustas, y te juro que tengo muchas ganas, pero…


—No te hagas problema, yo tampoco puedo. No sabía cómo decirte.


—Vos por que no podés? — le preguntó.


Quería elegir muy bien sus palabras porque él era un divino y no quería herirlo.


—La verdad?


—La verdad. — le dijo y se apoyó en su codo mientras la miraba.


—Porque todavía me pasan cosas con mi ex. Y no soy…así.


—Eso es un bajón. El tiempo lo cura todo así que tranqui


—Gracias.


—De una, quién no estuvo enamorado y sufrió, no?


—Creo que sí, que se yo.


—Che qué quisiste decir con eso de que no sos…así. Así cómo?


—De estar con alguien, que no conozco.


—Eso es algo malo?


—Para nada. Pero yo no soy así. Tengo que conocer mucho a la persona para…


—Sentirte cómoda?


No dijo nada. Obviamente con todas sus inseguridades, no podía pensar de otra forma.


Pensó en David, que aun siendo su novio, solo después de salir por casi 10 meses, recién se pudo soltar en ese sentido.


Le daba verdadero miedo pensar en compartir todo eso con alguien que no fuera él. Se sentía como…desubicada.


Él la conocía. La había visto pasar por todo. Había crecido a su lado. El le había enseñado todo loque sabía en ese sentido. Le había hecho sentir cosas que ni se imaginaba existían.


—Disculpa que me meta. Puedo adivinar que no estuviste con muchos además de tu ex. Es por eso.


Pau se rió.


—Se nota mucho?


—No, no es que se note. Es por lo que decís. Y como hablas de tu ex.


—Ufff si. Tenés razón. — dijo Pau tapándose la cara con las manos.


—Ey…no te pongas mal. Es porque no llego todavía nadie que te mueva el piso. Ya vas a ver cómo te va a ser fácil si te volvés a enganchar.


Lo miró. Ojalá tuviera razón. Se sintió un poco mal de ser tan obvia, y se sentía una fracasada por todo este asunto del ex. 


Le molestaba ser así.


—Pau, ya fue, no pienses tanto. — volvamos a la fiesta así te olvidas. Yo te voy a ayudar.


—Gracias. — le dijo sonriendo. Extrañaba como se sentía tener amigos.


Se podía ver perfectamente como su amiga.


Esperaba que pudieran seguir viéndose después de esta noche.


Si el tenía razón, no iba a poder pasar nada más entre ellos, pero le encantaría ser su amiga.


Necesitaba esta perspectiva de hombre para aconsejarla.


—Vamos rubia? — le dijo y la ayudo a pararse.


Salieron a la sala donde estaba cada vez más lleno de gente, y bailaron y se rieron como si nada hubiera pasado.


Era de día, y las chicas con las que había salido, no tenían ni intenciones de volver a casa, pero ella estaba agotada, así que se pidió un taxi que compartió con Marcos. El, la acompaño y la espero hasta que entrara al edificio.


Intercambiaron teléfono, Facebook, y Whatsapp.


A Pau le encantaba la idea de tener un nuevo amigo en la ciudad.


Quedaron en salir a tomar algo y charlar después del partido de Newells.


Al otro día, se juntó con Flor a tomar mate a la tarde y se terminaron de contar lo que había pasado esa noche. Ella había conocido un chico, había estado con él, pero no se habían pedido teléfonos ni nada, para Flor era todo tan fácil.


No le interesaba tener nada con nadie. Nunca se había enamorado. Pau le envidiaba eso.


—Pero me vas a decir que no hicieron nada cuando se fueron a la pieza de Chelo?….—y la miraba como si le estuviera ocultando algo, con desconfianza.


—Nada.


—Pero si es un bombón Paula! Así nunca vas a dejar de pensar en David.


—Pero si ya te dije que tiene un partido, no podía.


—Bah….sabes lo fácil que se arregla eso, no? Lo convences en dos segundos, Pau. Y por lo que me contás, ni siquiera te iba a costar mucho.


Se rieron.


—No, capaz que no. Pero yo tampoco podía. No lo conocía!


—Bueno, la próxima vez que se vean no vas a tener excusas flaquita.


—No es así. No me gusta para eso. Es divino, como amigo…


—Ahhh bueno. Eso es distinto. Si no te hace sentir nada, entonces no. Pero eso también se arregla fácil. Buscamos otro que si te haga sentir cositas.—y le guiñó el ojo.


Se rieron y siguieron chusmeando hasta que se hizo de noche.


A las 8 le llego un mensajito.


“Rubia, Como estas? Yo te cuento que a punto de irme a dormir. Hoy me toca acostarme tempranito: (”


Marcos. Sonrió mientras le contestaba.


“Yo recién termino de tomarme unos mates y ahora me estoy por ir a lo de mi amiga a ver unas pelis. Vos como estas?”


Marcos era divino. Podía hablar con él.


“Qué lindo! Otro día me invitas a tomar mates? A mí me salen muy feos”


Le empezó a preocupar que Marcos la viera como algo más que una amiga. Ella lo hubiera hecho si fuera él. Pensando lo que casi había pasado ayer.


No podía ser así de histérica. Pero bueno, como decía Flor, si no le pasaban esas “cositas”, no le pasaban. Iba a tener que hablar con él.


Siguieron escribiéndose mensajes igual de inofensivos por una hora. Se despidieron, Marcos se iba a dormir. Y Pau se fue a bañar para irse a lo de Flor.


En lo de su amiga no paraba de sonar el celular, pero Flor lo ignoraba.


Estaban viendo una película que había estado en cartelera hacia poco y ya la podían ver online.


El actor era súper lindo. Con unos ojos verdes intensos, que la hicieron pensar en David. Qué estaría haciendo en ese momento? Estaría con alguien? Pensaría en ella? La extrañaría? Qué estarían haciendo si estuvieran juntos ahora?


No podía concentrarse en la película.


Flor harta del pitido de su celular, lo agarró y se fijó quien le escribía.


—Eu Pau, tenés ganas de ir a una fiesta ahora? Mis compañeros tenían una sesión hoy y de ahí se fueron a lo de uno de los productores. Hay fiesta a 3 cuadras.


—Ehm, pero es un viaje, vestirse, maquillarse,….mmm…ya me estaba agarrando sueño Flor.


—Te peino y maquillo yo en 3 minutos, te cambias en 2, y estamos allá en 10 minutos más. Si tenés sueño te tomas un par de energizantes y listo.


Pau rió.


—Si es así de fácil. Vamos. — dejarse de poner excusas era parte del plan, así que se fueron a arreglar.










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